Parche

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Se miraba todos los días al espejo, un pedazo de vidrio roto y empolvado, y se sentía vacío y abandonado.

Se miraba en los reflejos de los tanques y paredes y sentía que toda la ira podía abandonar su cuerpo para dar paso al dolor y la tristeza, el sufrimiento.

Se levantaba cada día pensando, rogando que fuera un día mejor que el anterior, pero la rutina era la misma, despertarse, trabajar e intentar que sus demonios no se lo comieran vivo.

Se levantaba cada día con el dolor calándole los huesos hasta que llegaba a tocar su piel enjaulada. Se despertaba, trabajaba y se escondía con la mente echa un lío, tan perdida que no podía hallarse ni a sí misma.

Pero lo que más le dolía.

Pero lo que más le dolía.

Era la marca o el recuerdo de que un día estuvo ahí.

Se había dejado marcar casi un año antes de que la guerra terminara. Había sido en uno de sus celos que debía pasar por el daño que le podía provocar los supresores extremadamente prolongados. Anakin y él querían aprovechar la situación y el último día de su celo, cuando la bruma de calor y placer estaba desapareciendo, le pidió llevar su mordida en su cuello. Su alfa había estado extasiado y, luego de preguntarle múltiples veces si estaba de acuerdo, clavó sus colmillos en su glándula, uniéndolos aún más de lo que estaban.

Cuando su calor finalmente terminó y Obi-Wan estaba completamente en todos sus sentidos, decidieron quedarse en cama un día más, solo por precaución debido a que el omega no había tenido un celo hace alrededor de 7 u 8 años y no sabía cómo reaccionaría su cuerpo recién enlazado a las esencias del Templo. Fue por la noche cuando él le pidió a su omega que lo marcara también, que hundiera sus colmillos en su cuello porque quería llevar su mordida al igual que su pareja, demostrándole así que lo amaba tanto y que lo veía como un igual en cada sentido posible. Obi-Wan lo mordió entonces.

Con parches para sanar más rápido y evitar que sus marcas se abrieran en medio de una batalla, habían logrado prosperar con entusiasmo. Su relación creciendo y fortaleciéndose hasta que las cosas comenzaron a caerse poco a poco y en todos lados.

Obi-Wan fingiendo su muerte (aunque se autoconvenció hasta el cansancio que esa fue más decisión de unos cuantos Maestro que de su omega), Ahsoka dejando la Orden por culpa del Consejo, un estúpido Maestro que enfrentó a sus clones entre sí, sus visiones de Padmé muriendo y perdiendo al cachorro que llevaba en su vientre, a su futuro ahijado. Traiciones y más muertes nublaron su mente.

Él vio como Anakin se alejaba y no podía traerlo de regreso. Habló con él infinidades de veces, le aseguró que estarían bien siempre y cuando se mantuvieran cerca. Pero su tristeza cuando vio a su antigua Padawan por última vez en aquella nave y todo lo que siguió después fue un punto sin retorno.

Él matando a Dooku.

Él quedándose en silencio cuando vio que el Consejo hacía a Anakin parte del Consejo sin nombrarlo Maestro.

Él batallando con su propia ira.

Él discutiendo con Yoda en secreto por las decisiones que ha estado tomando sobre Anakin.

Él confiando en Palpatine antes que en Obi-Wan.

Él confiando en Padmé antes que en Anakin.

Él camino al Senado.

Él alejándose de Coruscant.

Él confiando en la fuerza y poderes que Sidious podía darle, asesinando a Windu y un montón de Iniciados.

Amor en tiempos de Omegaverse | OBIKIN - ANAOBIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora