Prólogo

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— ¿Crees? — se rió Viserys — ¿Que te vas a llevar a mi hija?

Aemma estaba temblando, manteniendo a su hija detrás de ella.

Tragó saliva y dio un paso atrás.

— Lo haré

Viserys se rió y aplaudió histéricamente.

— Una omega sin pareja y ¡UNA NIÑA! — El alfa pisoteó con fuerza el piso, secándose las lágrimas de los ojos — ¡Cómo trabajarás, Hmm! — Él sonrió — ¿Crees que alguien te respetará? ¿Crees que algún Alfa respetable siquiera te mirará?

Aemma se negó a llorar otra lágrima frente a su futuro ex marido. Se lamió el corte ardiente en el labio.

— Nunca me respetaste — Podía oír a su hija gemir detrás de ella — Estaré bien, estaremos bien

Viserys resopló.

— Tómala, volverás

Aemma sacudió la cabeza.

— No lo haré — Debería sentirse más segura, estaban en un juzgado. Pero nada estaba seguro con este hombre, ni siquiera en un lugar público — Cuando firme esos papeles, ella es mía. Nos vamos

Viserys sonrió tortuosamente.

— Adelante, probablemente ella no sea mía de todos modos; nunca produciría una omega tan débil
— Tiene dos años — Gruñó Aemma.

Viserys le restó importancia.

— No debería tener miedo de todo
— ELLA ES MI HIJA! — Aemma grito — ¡NO ME IMPORTA A QUÉ TENGA MIEDO! — Sintió que Rhaenyra que se estremecía detrás de ella apretando su pierna con más fuerza.

Aemma respiró profundamente cuando sintió que el aura de Viserys daba un giro.

— Nos has golpeado lo suficiente, ya no seremos tus juguetes para abusar. Debería haberte dejado antes

Viserys se cruzó de brazos.

— Volverás

Aemma se relajó cuando se abrió una puerta, revelando a su abogado.

— Mientras mi hija respire, nunca volveré contigo

Corazón Herido... Hasta Que Te conocí - Aemma Arryn Y Harwin StrongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora