Capítulo 9

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Eso significa que Harwin mantuvo vivos a más de 100.000 lobos, en una guerra, él solo.

— Mamá — Rhaenyra tiró más fuerte, sacando a Aemma de sus pensamientos — Hambrienta
— La comida está casi lista, Rhaenyra — Respondió Harwin, agarrando la mantequilla.
— Puedes sentarte en la mesa y esperar

Rhaenyra salió de la cocina lentamente y se sentó en su silla para cenar.

— Aemma — Harwin levantó una cuchara — ¿Cuánta mantequilla?
— ¿De qué estabas a cargo? — Aemma soltó — ¿Un batallón? ¿Un batallón entero?

Harwin inclinó la cabeza.

— No puedo decirte eso, y sí, todo un batallón — Puso dos cucharadas grandes de mantequilla en la olla — ¿Está bien?

Aemma miró dentro de la olla, riéndose nerviosamente.

— Demasiado

Harwin miró dentro de la olla.

— Creo que estará bien

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— ¿Te divertiste hoy, Nyra?

Rhaenyra se encogió de hombros y se llevó una patata a la boca.

Harwin estaba sentado en el suelo, entre sus sillas. Aemma le rogó que se sentara en una silla, pero Harwin se negó y les permitió sentarse.

— Fue muy, un poco diferente, ¿Eh?

Rhaenyra terminó de masticar.

— Si mamá

Aemma miró a Harwin, quien terminó antes que cualquiera de ellas.

— ¿Harwin es agradable, ¿Verdad, bebé?
— Sí mamá — Rhaenyra se frotó el ojo con el tenedor en la mano — Mamá llena

Harwin se sentó, de rodillas, mirando el plato de Rhaenyra.

— Dos bocados más
— No suele comer tanto
— Dos más — Harwin agarró el tenedor, moviendo los trozos pequeños — Dos más, estás cansada. Puedes irte a la cama después de haberte cepillado los dientes

Rhaenyra buscó ayuda en su mamá, pero Aemma estaba buscando ayuda en él.

— Dos más, preciosa — Aemma arrulló — Entonces mamá puede arroparte

Rhaenyra asintió y recibió dos mordiscos más en la boca. Harwin tomó su plato.

— Se comerá esto mañana — Se fue a la cocina.

Aemma se acercó a su hija.

— Entonces, ¿Qué te parece Harwin, Nyra?

Rhaenyra se encogió de hombros y se subió al regazo de Aemma.

— Amo a mamá
— Oh, mamá también te ama preciosa — Ella la besó — ¿Está bien entonces? ¿Harwin puede quedarse contigo mientras mamá está en el trabajo?

Rhaenyra gimió en voz baja y Harwin asomó la cabeza fuera de la cocina.

— ¿Qué pasó?

Ella levantó ambas cejas.

— Nada, Harwin — El asintió una vez, regresando.

Ella se rió.

— El es tonto, ¿No?

La niña tocó el rostro de su mamá.

— Mamá sonríe

La sonrisa de Aemma cayó lentamente.

Corazón Herido... Hasta Que Te conocí - Aemma Arryn Y Harwin StrongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora