Zlatan El Dios

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El noruego siente que tiene que pedirle ayuda a alguien para saber cómo agradarle al entrenador del Manchester City, así que ha decidido buscar a la persona indicada para ello

Erling llama al timbre de la casa.

-¡Hombre! ¡Mira quién está por aquí! -El sueco recibe a Haaland con un abrazo. -Pasa, vamos al salón. ¿Quieres una bebida o algo?

-No, gracias.

Ambos se sientan en el sofá.

-Y... ¿Qué te trae por aquí?

-Bueno... Supongo que sabrás que he fichado por el City y Guardiola es el entrenador...

-Sí, lo sé. -Replica el anfitrión.

-Pues es que me mira mal... No es porque sea nuevo, han pasado días y días y sigue mirándome así. Además Julián también es nuevo y a él le trata bien. Y bueno, he venido aquí porque sé que tú tuviste problemas con él cuando estabas en España y quería que me ayudases, si no es molestia.

-Entiendo. Mira, cuando yo estaba en el Barça, El Filósofo siempre trataba mejor a los demás que a mí. A Messi, Busquets... Les abrazaba y les apoyaba, pero a mí no. ¿Sabes por qué? Porque no le gustan los jugadores que no sean sus perritos y tengan carácter. Pero tú eres buen chaval, yo era más bruto.

-Entonces, ¿por qué crees que no encajo con él?

-Seguramente sea por tu estilo de juego. Mira, te daré un consejo. Tú eres el que juega, haz lo que veas conveniente. Aún eres joven y tienes que tener eso en mente. -Dice el sueco mientras fuma.

-Lo tendré en cuenta, muchas gracias Ibrahimović. -Erling se levanta y abraza a Zlatan, el cual le abraza de vuelta. -Gracias por tu ayuda, pero me tengo que ir ya.

-Para eso estoy, ven cuando quieras.

Ambos se despiden y Haaland camina por la calle mientras saca el móvil.
Al parecer ha recibido un mensaje de Jude.

"¡Erling, Erling! ¡Ven a mi casa ahora mismo, rápido! ¡Es urgente!"

El noruego se queda mirando y responde:

"Ahora voy, estoy cerca."

Tras ese mensaje, guarda el móvil y empieza a andar más rapido de lo normal hasta casa de su amigo.

La puerta está abierta y entra con facilidad, lo que le resulta extraño.

-¿Qué ha pasado, Jude? -Pregunta Haaland.

Bellingham le agarra de la camiseta y con nervios le explica lo sucedido.

-¡No me queda vodka en casa- Exclama desesperadamente Bellingham.

-De verdad que yo flipo... ¿Para eso me haces gastar el tiempo?

-¡Que es muy urgente! ¡No hay vodka, no hay vodka! -Repite su amigo.

-A ver, calma.Vamos a por el vodka en mi coche. -Para estas tonterías me habla... -Se dice a sí mismo el noruego en su mente.

-¿Dónde lo vamos a comprar?

-Pero qué más da eso, si son todos iguales.

-¡No! ¡Yo quiero el auténtico! ¡El vodka ruso!

-Mira, tú mejor duérmete o algo...

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