Piscina

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—¡Bellingham! ¿Qué hora es? Dime por favor que no me he dormido más de 15 minutos.

—Son las 16:30. Has dormido 2 horas, colega.

—¡¿Qué?! ¡Mierda! ¡He perdido el tiempo!

—Ya empezamos. No has perdido el tiempo, has descansado. Vamos a bañarnos, yo ya llevo el bañador puesto.

Haaland se va al baño para cambiarse.

—Joder, qué fría está el agua. ¿Y este chaval cuánto tarda en cambiarse? Lleva 20 minutos ahí.

Erling va corriendo hacia la piscina.

—¡Bomba va! -Se tira de bomba y le moja a Jude entero.

—¡Ayyy!

Bellingham se mete en la piscina.

—Jeje, perdón. Iré a por las colchonetas, así nos tumbamos y hablamos.

—Vale.

Erling va a por las colchonetas y las tira al agua.
Cada uno coge una y se tumba.

—Gracias, rey.

—Denada, amigo. Qué ganas tengo de ir a entrenar con el City. Seguro que será brutal.

—Hace nada estabas dando vueltas alrededor del salón y dándote mal por eso.

—He cambiado de idea.

—Ay, ay, ay... En fin, es que si digo algo te quejarás.

—No me tomes como un quejica, sólo es que soy perfeccionista con todo.

—Sí, sí. Lo que tú digas, quejica. —Susurra Jude.

—¡¿Quejica?! ¡Jude Bellingham! ¡No empecemos otra vez! —Erling mira de manera amenazante a su amigo.

—Cálmate. Sabía que estabas loco.

—Cállate, joder, que yo estoy perfectamente.

Haaland mira el reloj.

—¡Coño, coño! ¡Son las 20:00! ¡Sólo hemos hecho el vago!

Seguido de eso, el rubio se va corriendo de la piscina y se pone la camiseta.

—¿Ya te vas?

-¡Sí! ¡Mañana tengo que preparar todo para mudarmw! ¡Adiós!

—Adiós, histérico. Madre mía, qué chaval... Pero aún así le quiero.

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