¡¿ La historia de que...?! 🦋

Tem 1. Capítulo 41

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*＊✿❀ ¡Picnic! ❀✿＊*

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Nuevamente el tranquilo Palacio fue envuelta en un caos al verse una nueva princesa y a la princesa heredera en los brazos de su Majestad el emperador.

Y lo peor es que ¡estaba lastimada!.

Todos se preguntaban lo que estaba pasando por que nuevamente la princesa heredera se desmayo.

No sólo eso su Majestad estaba tranquilo caminando hacia el Palacio de la princesa, mientras dos pequeñas niñas y un niño lo seguían.

No terminaba ahí si no que el duque y el caballero carmesí iban detrás de el con rostros preocupados.

- ustedes esperen en mi Oficina - ordena Claude a Róger y a Félix

- p-pero majestad... - trata de decir algo Róger

- es una orden, Felix trae a la niñera de Athanasia y se lleve a los tres a comer bocadillos - dice Claude en tono de orden

- s-si su Majestad - acepta la orden Felix

Solo entonces Felix detiene a los tres niño que no pretendían dejar de seguir a Claude, solo entonces las dos niñas les dan ganas de llorar.

Para solo después los dos adultos entren en pánico por que ambos ya no querían más escándalos.

Claude que ya iba lejos pero logra escuchar como Athanasia comenzaba a llorar llamando a su hermana mayor.

Solo volteando a verla por un segundo para luego caminar a un paso apresurado apretando su corazón para no ir de regreso y traerla con el.

Pero era más importante ir a dejar a Sakura a su habitación para que descansará por el duro esfuerzo que hizo.

Así llamar al médico para que así curarán sus brazos por lo lastimados que quedaron al tomar el flujo de su mana de el.

Lleno de culpa mira a su hija que descansaba en sus brazos algo arrepentido de ser tan impulsivo.

- realmente no se que hacer contigo, eres igual que mi amada... - murmura Claude con nostalgia

Una vez ya cerca del Palacio, Madan ya estaba afuera esperando preocupada por Sakura.

Quien al verla en los brazos de su Majestad el emperador se alivio pero volvió su preocupación al verla herida.

Solo entonces mando a unas sirvientas a por el doctor y corrieron a la habitación de la princesa para acomodar mejor su cama.

Claude al ver como se formó un caos solo al verla herida de lejos sonrió de lado, le recordaba cuando su Marisa estaba aquí.

Cuando ella vivía aquí todos estaban al pendiente de ella, cada que volvía despeinada o con una marca Roja en su mejilla todos se preocupaban.

Su amada tenía la rara costumbre de pelearse con las cabinas que le mandaban los reinos vecinos o imperios.

Nadie conocía de la relación amorosa que tenía con su amada Marisa más que la gente del Palacio de la emperatriz.