Como lo dice en el titulo esta es la segunda parte, por lo que si no aun no viste la primera parte, te recomiendo que lo leas. Pero de todas manera pondré la sinopsis.
En el momento en que el pequeño tirano de los nobles, Roel Ascart, vio a su herma...
¿Qué es lo que más se necesita en una batalla? ¿Sangre caliente? ¿El coraje de cargar sin dudarlo? ¿Un espíritu inquebrantable?
No, no es nada de eso.
Roel creía que lo que más necesitaban los trascendentales en una batalla era la compostura.
Los tiempos para realizar un ataque, la fuerza de cada ataque, las posibles bazas que el enemigo podía tener en su poder, el precio que uno podía tener que pagar por el ataque. Eran muchos los factores que había que tener en cuenta para determinar el movimiento óptimo en cualquier situación.
Desde esta perspectiva, podría decirse que Ro Ascart era el mayor enemigo al que se había enfrentado Roel hasta la fecha.
Desde el despertar de su línea de sangre, Roel nunca había pensado que sería superado por alguien del mismo nivel de poder que él, pero Ro hizo añicos su complacencia. Los dos tenían una serie de puntos fuertes diferentes que les permitían mantenerse firmes en esta intensa batalla.
A diferencia de Roel, que dependía de medios externos para elevar su nivel de poder, Ro era un auténtico trascendental de Nivel de Origen 3. Su profunda comprensión de este nivel de poder le permitía sacar una mayor utilidad de sus hechizos y de su línea de sangre, como demuestra el hecho de que fuera capaz de fortalecer a los dioses antiguos de su bando utilizando los fragmentos dorados de la Corona, un hechizo que Roel aún no había comprendido.
Afortunadamente, Roel también contaba con su propia ventaja en esta batalla: Grandar y Peytra. Estaba claro que tanto el Rey Gigante como la Diosa de la Tierra Primordial eran superiores a los dioses antiguos a los que se enfrentaban, de modo que la mejora de Ro apenas los había colocado en el mismo campo de juego.
Grandar y Peytra habrían conseguido la victoria si no fuera por la interferencia de Ro.
Roel miró profundamente a su antepasado. Este último se estaba volviendo cada vez más fascinante bajo la luminiscencia ardiente de sus llamas, su delicada belleza hacía difícil diferenciar si era hombre o mujer. Era un encanto andrógino que era fatal tanto para hombres como para mujeres.
Era una pena que Roel no estuviera de humor para admirar el semblante encantador de su antepasado. En cambio, dirigió su atención hacia las llamas que ardían en su hombro.
La naturaleza del maná es diferente.
Este detalle menor le hizo darse cuenta de que su antepasado tenía tres dioses antiguos de su lado en lugar de dos, solo que el tercero 'eligió' prestar su habilidad a Ro en lugar de manifestarse por completo.
Esto era claramente anormal.
No hacía falta decir que la destreza de un dios antiguo completamente manifestado era diferente a la de un préstamo de habilidad a medias, y la verdad era que las llamas conjuradas no eran lo suficientemente fuertes como para neutralizar completamente el aura helada de Glacier Creator. De hecho, Roel había logrado congelar a Ro Ascart varias veces, solo que este último se disipaba repentinamente antes de reformarse en el aire, reviviendo de la misma manera que el lobo fantasma.