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• lunes, 7 de septiembre 1990

Habían pasado tres días desde aquella vez en que ambos se juntaron en la puesta del sol casi a punto de ocultarse. Aquel día que, aunque nadie sabía solo ellos, la emoción al recordar dicho momento era algo, un tanto, solemne que provocaba una calidez indescriptible muy adentro de sus seres.

Eran las 10:00 a.m. lo que significa que ya ambos deberían estar en el trabajo, pero curiosamente solo se encontraba el mismísimo Kim Taehyung, sentado al frente de un monitor que apenas y podía analizar lo que debía hacer porque más le vencía el sueño que la fuerza de voluntad de trabajar, pero por otro lado faltaba su compañero no solo de helado sino también de escape, Jeon Jungkook.

¿Dónde estaba?

Se hicieron las 10:30 a.m. y no llegaba aún al trabajo, a decir verdad, la expresión de enojo y de gran disgusto de Ho-seok era muy evidente que ni siquiera una mosca quisiera acercarse a él.

Evidentemente a alguien le enojaba la impuntualidad de uno de sus tantos empleados, mientras que a otros les preocupaba y ese otro era Taehyung.

¿Algo malo había pasado con Jungkook?

Taehyung decidió llamarlo después de haber dudado por más de 10 minutos si debía o no hacerlo, y cómo hacerlo. Era algo muy sencillo, pero para Taehyung estaba siendo demasiado difícil.

¿Por qué?

Un pitido, dos pitidos, tres pitidos. Cuando estaba a punto de colgar, escuchó que la llamada fue recibida.

-Buenos días Jungkook, ¿estás ahí? – preguntó desesperado y lo único que recibió a cambio fue un suspiro desde el otro lado de la llamada.

Raro.

-Jungkook, ¿estás a... – fue interrumpido por otro suspiro.

Después de unos 3 minutos de silencios que eran intervenidos por cortos suspiros, al fin este habló.

- ¿Aló?

-Hola – exhaló calmado.

- ¿Uhm sí? ¿Eres tú Kim? – contestó adormecido.

-Vaya, al parecer ya veo porque no has venido aun al trabajo a casi las 11:00 a.m y porqué Jung Ho-seok está a punto de estrangularte si no apareces lo más pronto posible.

Escuchó un golpe del otro lado y murmurando "no puede ser, no puede ser" por más de 3 minutos, lo cual era inevitable no poder reírse a carcajadas, pero Taehyung recompuso la postura porque por reírse de la impuntualidad del otro, este también sería regañado por tremenda risa escandalosa.

Le tocaron la puerta con desespero a lo que Taehyung del susto tiró el móvil al piso y se paró de manera inmediata, acomodándose el saco. Se dio cuenta que era Ho-seok quien le había interrumpido en su hora de "trabajo" que claramente fue más de hora de llamada con su compañero el impuntual.

-Kim, ¿sabes algo de Jeon? No sé absolutamente nada y si no vino porque se quedó dormido o de seguro por alguna de sus muy baratas excusas, lo despido – Taehyung quedó atónito.

¿Despedir? ¿Era necesario eso? ¿Cuántas veces Jungkook habrá faltado?

-Sí, lo llamé y uhm...- miraba a los costados tratando de buscar una excusa muy creíble. – él me dijo que se sentía un poco enfermo, se le escuchaba muy cansado.

- ¿Enfermo?

- Sí, enfermo. – aclaró la garganta.

- Kim Taehyung, ¿esperas que yo crea semejante baratija de mentira? Jungkook es uno de los muchachos más saludables que he visto, excluyendo el hecho que físicamente se encuentra activo – eso era cierto, pero absolutamente nada quita que hasta la persona más saludable pueda enfermarse, ¿cierto?

-Tiene razón, pero no quita de que Jungkook siga siendo una persona que puede enfermarse por más saludable que sea, ¿no lo cree? – anhelaba por todos los cielos y ángeles que su jefe admitiera lo dicho.

- Supongo que tienes razón, igual lo esperaré en caso de que venga y hablaré con él - cerró la puerta y kim pudo respirar nuevamente.

Bendita la suerte que tenía, aunque no demasiada porque había algo que incomodaba a Taehyung y no solamente era por el motivo de que Jungkook se escuchara así, sino también por lo que sucedió con aquellos hombres aquella vez.

Yoongi era la clave, necesitaba hablar con él.

(...)

Era hora del almuerzo y afortunadamente todo estaba marchando bien o eso parecía ser, y como era costumbre Jungkook y Taehyung estaban almorzando juntos. Y era primera vez que Taehyung veía que Jungkook comiera algo que le llenase que no fuera un simple helado.

-Vaya milagro – se mofó, mientras agarraba un poco de ensalada.

- ¡Vamos! La otra vez comí algo que no fuera helado – sonreía enternecido.

-Claro, un café como almuerzo.

Ambos se echaron a reír al unísono provocando que la gente los mirase como si les pasara algo. Evidentemente a ninguno le importó porque era normal reírse, ¿o acaso eso era también un pecado ante el pensar de la sociedad?

Taehyung analizaba si debía o no preguntarle a Jungkook sobre ese tal Yoongi que al parecer era su amigo un tanto cercano.

Taehyung sentía una cierta sensación que no podía describirlo o quería no describirlo cada que pensaba en la idea de que están viviendo juntos.

Después de analizar 10 minutos entre si preguntarle o no, mejor decidió guardárselo para otro momento en el que ambos se llegasen a encontrar más calmados o en un horario que no sea de trabajo.

Taehyung se levantó repentinamente, observando a Jungkook con una mirada sutilmente coqueta; mientras se colocaba las manos en los bolsillos de su pantalón oversize homme color beige, le dijo:

-Jungkook, levántate, te llevaré a un lugar especial.

Jungkook alzó su mirada y ladeó su cabeza mirándolo confundido, y le preguntó:

- ¿A dónde quieres ir Kim? En poco tendremos que regresar a la empresa.

-Buen punto, pero una vez que lleguemos tarde no pasará nada, ¿no crees? – alzó la ceja.

-Kim, hemos faltado aproximadamente más de 3 veces de lo que lleva la semana, ¿y tus esperas que faltemos una vez más?

El chico con ojos de Bambi tenía mucha razón, pero dar la razón cuando te quieres escapar unos minutos con alguien especial es algo que específicamente a Taehyung no le gustaba.

- ¿Qué tiene? No creo que una cuarta y por algo que vale la pena, sea pecado – Taehyung era muy caprichoso cuando quería conseguir algo y actuaba un tanto consentido.

Al parecer alguien no pudo resistirse ante tal descripción de la propuesta y algo que quizás Taehyung no sabía, era que Jungkook era muy curioso y aventurero.

Ah, también competitivo.

-Está bien, solo porque quiero conocer a donde es que tanto insistes en ir – se levantó y tomó sus cosas.

-Está bien, solo porque quiero conocer a donde es que tanto insistes en ir – se levantó y tomó sus cosas

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