La serpiente y el León

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Daenerys adoraba salir al bosque cuando las clases de pociones terminaban

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Daenerys adoraba salir al bosque cuando las clases de pociones terminaban. No odiaba el estudio odiaba a Snape, y el la odiaba. Pues no todos los estudiantes lo desafiaban como ella, jamás se quedaba callada. Esa tarde fue la excepción pues la clase no acabó sin embargo fue expulsada, ah y por supuesto. Le costó puntos menos a su casa.

Daenerys olvidó el tranquilo sendero detrás de la casa de Hagrid para adentrarse más justo en el lugar que no debía estar. Pero no le importaba estaba furiosa y hechaba humo de la nariz como un dragón. Por lo que olvido todo y se adentró más y más..

Cuando la tarde estaba terminando y los último rayos de luz alumbraban la copa de los árboles, Daenerys seguía en la rama de uno de ellos pensando con la cabeza baja.

Odiaba Snape. Todos lo hacían pero nada como ella. ¿Como la había llamado?

-Los Dragones son bestias extraordinarias que rara vez conectan con los humanos. Mucho menos si son patéticas niñas con sueños sacados de los libros que lee incansablemente para llenar el vacío..
Parental.

Eso dolió más que nada.

-No tiene que esforzarse en ser un monstruo, todos ya lo odiamos demasiado.

Jon al otro lado de la Sala se levantó.

-¿Como te atreves?

-¿Cómo se atreve usted?

-Muy bien, Targaryen. Quieres presumir de  ser LA MADRE DE DRAGONES..- los estudiantes que miraban la escena rieron- excelente. Pero ve a buscar los tuyos. Sal de la clase.

-Me voy

-Y todos agradezcamos a la Señorita Targaryen, acaba de costarle 20 puntos menos a la casa Slytherin.

Ese fue su último golpe y funcionó, porque sus compañeros no hicieron más que fulminarla con la mirada.

Y ahora estaba ahí, cuando la noche ya llegó, con ira en la sangre, algo dentro de ella se había despertado.
Entonces oyó unos ruidos alrededor, y antes que tuviera tiempo de hacer algo Jon se acercó detrás y le tapó los ojos.

-No te asustes

-Jon

-¿Cómo sabes que soy yo?

-Porque quién más se molestaría en encontrarme

-Dany.. No digas eso. Todos en el castillo te buscan, haz armado un revuelo en contra de Snape por salir a esta hora.

-Me alegra saberlo, haría todo hasta verlo de rodillas -exclamó.
-Lo odio Jon.

-Lo sé

Daenerys bajó la cabeza herida. Jon era el único con quien se permitía ser vulnerable.

-El me clavó un cuchillo..Mis padres. Los Targaryen, yo. Porque no puede entender que los dragones son mi única conexión con ellos, con mi legado. Soy la última Jon, la última de mi familia.

Jon quiso acercarse, quiso abrazarla y besarla. Pero la conocía, no lo dejaría.

-Y encima se burla de mí llamándome Madre de Dragones.

-No tienes que oírlo. Solo saca su frustración

-Tal vez..

-Tú no eres como los demás Dany. Si eres la última pero eso solo te hace más especial, más importante. Eres una Targaryen, el lema de tu familia corre por tus venas al igual que los valores de tu casa, Determinación, Astucia y Ambición. Dios sabe que Snape no ambiciona nada más que atormentar a Potter y a ti. En cambio tú..-clavo sus ojos en los suyos.

-Eres grandeza, eres un dragón.

Dany sonrió débilmente y cuando Jon tocó su mano no la apartó. Dejo que el calor de su piel rozará la suya, entonces la ira se había ido dejando una profunda necesidad.

Necesidad de tenerlo más cerca.

-Jon..

Ambos conectaron sus ojos en lo que pareció una eternidad. Y no hizo falta más palabras porque Jon olvido su cuidado y ahí con ella sentada envolvió sus piernas a su cuerpo para luego besarla.

Así mientras en el castillo Slytherin's y Griffyndor's, prefectos y jefes de casa buscaban a los dos estudiantes desaparecidos. Jon y Daenerys se amaban en lo profundo del bosque, con urgencia, con desenfreno, con lujuria, con pasión y como dos jóvenes enamorados.

JonerysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora