A la hora de comer, Peyton fue a sentarse con su dulce amiga, de cabello castaño oscuro, ojos color avellana y vestidos con estampados de flores llamada Miranda y con Ted, que al parecer ya habían hecho buenas migas.
— Hola Peyton, ¡qué guapa estás! ¿Qué tal ha ido?
Peyton les contó sobre su compañero de mesa. Y ambos, que parecía que habían hecho buenas migas, se miraron mutuamente por unos segundos y luego volvieron a fijar la mirada en Peyton.
— Mmmmm... Dos opciones... O le gustas...O le caes mal — dijo Miranda en un tono sarcástico, quitándole seriedad al asunto.
— Obviamente es la segunda, no le puede gustar. Literalmente se acaban de conocer — dijo Ted muy seguro de su argumento y tomándoselo, él sí, en serio.
— Siguiendo tu argumento, Ted, tampoco le puede caer mal — respondió Miranda.
— Yo creo que ni una ni la otra, solo que no debía ser su día, o estaba de mal humor, fin — dió Peyton por zanjada esa estúpida conversación.
— Por cierto, Peyton — cambió Miranda de tema. — Lila Shalt hace una fiesta de inauguración del curso esta noche en su casa. Deberíamos ir. Está todo el curso invitado.
— Miranda, te recuerdo que yo no vivo en una casa con padres que me den permiso. Vivo en un orfanato.
— Tranquila Peyton, nos escaparemos, yo también quiero ir — exclamó Ted.
— No sé Ted... Si nos pillan...
— No va a pasar nada. Todo está controlado. Esta mañana no tenías tanto miedo...
— Decidido — gritó Miranda entusiasmada. — Esta noche nos vamos de fiesta.
Peyton dudó, pero finalmente se convenció a sí misma.
¿Qué es una vida sin tomar riesgos?
Los siguientes diez minutos Miranda les estuvo contando sobre su maravilloso verano en Grecia.
— A y, por cierto — sonrió tontamente. — ¡En Grecia me he echado novio! — anunció como si nada.
Peyton se sorprendió.
—¿QUÉ? ¿Tú estás segura de poder sobrellevar una relación a distancia? — dijo conociendo a su amiga.
— Se va a mudar aquí en cuánto nazca su hijo.
— QUEEEEEEEEE — gritaron Peyton y Ted a la vez.
—Es broma, sólo tiene que acabar unas cosas de trabajo para que se venga a vivir aquí.
— ¿Pero qué edad tiene? — quiso saber Ted.
— Veinticinco
— ¿QUÉ? TENEMOS DIECISIETE. — gritó Peyton
— No me seas clásica, estamos en el año 2000. Si estamos enamorados, lo estamos, y punto.
— En eso tiene razón, Peyton. — dijo Ted.
— Supongo... No sé... — respondió ella no muy segura. — No es por la edad, estáis en etapas muy diferentes.
— Vamos... Que se mude por mi... Me tiene que querer mucho... Es tan romántico...
— Como se llama — curioseó Ted.
— Roberto.
— Tiene nombre de telenovela — carcajeó Ted.
— Al menos no se llama Ted — defendió Miranda a su amado muy firmemente.
— ¡TED ESTÁ BIEN! — gritó Ted ofendido.
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Dagger
VampireMarcus Dagger, es el vampiro más temido de todos los tiempos. No siente empatía, amor, ni ningún tipo de emoción hacia nadie. Todo cambia cuando llega nuestra querida protagonista de cabellera rubia, Peyton Wash, que entrara hasta lo más profundo de...