— Eres imbécil, Marcos — dice Peyton riéndose a carcajadas.
— ¡Es la verdad! No podemos hablar de pegasus y de hipogrifos no — intenta racionar Marcos riendo más levemente.
Se encontraban en clase. El profesor estaba explicando algo en la pizarra pero ninguno de los dos les prestaba atención. Estaban demasiado ocupados "discutiendo" sobre el trabajo.
— ¿Por qué no, listo?
— Pues porque no. Los hipogrifos son mucho más interesantes.
— ¡Porque tú lo digas!
— Peyton, Marcos, como veo que no os interesa la clase, podeis salir si lo deseáis — les riñe el profesor.
Pero no funciona como él creía, porque Marcos se lo toma en sentido literal y se levanta.
— Es que es un coñazo de clase — dice mientras camina hacia la puerta. Peyton se aguanta la risa y decide seguirle. Al final, vida es una, piensa ella.
Lo último que Peyton oye es el profesor diciendo a los alumnos que no tomen ejemplo de ellos. Cuándo Marcos y ella hacen contacto visual no pueden evitar soltar una risotada.
— ¡Me han echado de clase por tu culpa, Marcos!
— ¡Sí, ahora va a ser mi culpa! Y has salido porque has querido.
Peyton iba a responder pero no puede evitar fijarse en un llamativo cartel. Marcos se gira a ver que es lo que contempla Peyton.
— El baile de Navidad... — dice Peyton en voz alta.
El cartel anuncia el baile anual del instituto que se hace por navidad. Este año se iba a celebrar el seis de diciembre.
— ¡Menuda chorrada! — espeta Marcos. — ¿Cada año hacéis esta mierda?
— Sí y no tengo un muy buen recuerdo del de el año pasado.
— Oh porfavor, ilumíname.
— Fui con Joseph.
— ¿Quién cojones es Joseph?
— El listillo que se sienta a primera fila. El favorito del profe. El enchufado.
Marcos intenta contener una risotada pero no puede.
— Oh porfavor, dime que no fuiste con ese enano. Si le sacas como diez cabezas — esclata riéndose.
— Encima mientras bailábamos...
— ¿Bailasteis? — interrumpe Marcos riendo más fuerte.
— Sí y me estornudó encima. Mi vestido se llenó de mocos.
Ahora Marcos no puede hablar, esta ocupado ahogandose de la risa.
— ¡No te rías más, Marcos! Supongo que este año tendré que pedírselo a Ted.
— Yo no pienso ir — dice Marcos disminuyendo su risa. — Probablemente sea más aburrido que clase.
— No está tan mal.
— Es verdad, si pasa algo como lo que te pasó a ti, será bastante entretenido.
Peyton pone los ojos en blanco.
— En fin... Me voy. Nos vemos, Peyton.
Peyton iba a preguntarle donde iba pero no le dió tiempo. Marcos ya estaba saliendo por la puerta.
*****
— Escuchad bien. Cogeremos el bus e iremos hasta la plaza principal. Allí cuándo el silbato suene el juego empezará. Consiste en que cada pareja deberá buscar los sobres escondidos por toda la ciudad con el color que se le asignará. La primera pareja que encuentre los quince sobres de su color y haya hecho lo que pone dentro del sobre, recibirá una recompensa. Las parejas serán las que teneís asignadas en Proyectos — dice el director a todo el curso, que están en la sala de actos escuchando las instrucciones.
Miranda se acerca al oído de Peyton y canturrea:
— Alguien tendrá tiempo a solas con su Marquitos...
Peyton se limita a poner los ojos en blanco e ignorarla. Pero en el fondo, le apetece pasar el día con Marcos. Aprovecha para buscarlo entre la multitud del curso, mientras el director sigue hablando sobre tomar precaución y ser responsables. Cuándo localiza a Marcos, que está en la última fila, ve que él ya le estaba mirando fijamente. Ella se gira rápidamente con las mejillas ruborizadas. La mirada de Marcos le imponía un poco. Más que lo que ella aceptaria jamás.
— Muy bien, ahora saldréis de la sala de forma ordenada y os dirigiréis hasta el bus. Sentaos con vuestra pareja porque es donde se os asignará el color— finaliza el director. Nadie le hace caso, pues todos salen de manera desordenada.
Miranda arrastra a Ted entre la multitud para encontrar asientos en el fondo del autobus. A Peyton le da igual. Ella prefiere ir tranquilamente. Tan tranquilamente que es de las últimas en salir de la sala. Va andando por el pasillo y ve a Marcos apoyado en una taquilla.
— Te estaba esperando, Peyton —dice Marcos con su grave voz. — Parece que hoy va a ser un gran dia.
— Exacto. Bueno para ti, porque no hay mejor compañia que yo. — dice Peyton, la cuál sigue andando. Marcos no tarda en seguirla y andar junto a ella.
— No te lo tengas tan creído, pequeña.
— ¿Pequeña? Atrevete a repetirlo.
— Es la verdad, eres muy bajita.
— Para tu información: soy bastante alta, que tú seas un gigante no es mi problema.
— Lo que tú digas.
Suben al bus y se sientan en la tercera fila de asientos, ya que el resto del bus está casi lleno.
El bus arranca, Peyton está en la ventana viendo el paisaje. Marcos, a su lado, no puede quitarle el ojo de encima. Es preciosa, piensa.
De repente pasa un profesor y se para al lado:
— Peyton, Marcos — estos dos se giran hacia el profesor. — Vosotros deberéis buscar los sobres verdes.
Dicho esto, el profesor se va a los asientos de detrás a informar a la siguiente pareja su color de sobre.
— El verde es mi color favorito — dice Marcos.
— ¿El verde? No te pega.
— ¿Y eso por qué?
— Nose, pensaba que sería el negro. Casi siempre vas vestido de negro.
— ¿Cuál es tu color favorito?
— El azul, por su puesto.
— Mmm... No está mal.
Durante el resto del viaje ninguno de los dos dice nada más. No es un silencio incómodo, cada uno está pensando en sus cosas.
Unos diez minutos más tarde el autobús aparca y los alumnos empiezan a bajar.
Marcos se levanta, dispuesto a bajar, pero ve que Peyton no le sigue.
— ¿No bajas?
— Siempre espero a que todos bajen del bus, no me gusta cuándo mucha gente se concentra en un mismo lugar, prefiero esperar y que haya vía libre. Voy a bajar igual.
— Está bien — dice Marcos sentándose otra vez al asiento.
*****
— PRIIIIIIIIIII... — suena el sibato.
Todas las parejas empiezan a correr de un lado a otro. Menos Peyton y Marcos. Ellos empiezan a andar tranquilamente, sin rumbo.
— ¿Y ahora que hacemos? ¿Buscar sobres? — pregunta Marcos.
— Exacto.
— ¡Que tonteria!
— Venga, empezemos por la Piazza del Campo. Allí seguro que habrá alguno.
— Está bien, vamos — cede Marcos.
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Dagger
VampireMarcus Dagger, es el vampiro más temido de todos los tiempos. No siente empatía, amor, ni ningún tipo de emoción hacia nadie. Todo cambia cuando llega nuestra querida protagonista de cabellera rubia, Peyton Wash, que entrara hasta lo más profundo de...