Capitulo 03

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•El no es mi padre•
|1919 Alaska|

Ya había pasado al rededor de un año desde que convirtieron a Edward y se fueron de Chicago. Pero ese año había sido un caos, Edward había entrado en su fase de rebeldía.

—¿Que haremos con el?— Carlisle miro a Kiara un poco impaciente. —No puede probar la sangre humana, Kiara

—Hablare con el, solo se está adaptando a esta vida...

—¿Adaptando? Ya pasó un año y a causado demaciados problemas— Joseph salió de la nada y se recargo en la pared, cruzandose de brazos.

—Yo me encargo de el, ya no causará problemas lo prometo— Los miro con los típicos ojos de cachorro haciendo que su esposo y su hermano asintieran. —Por eso los amo.

La pelirroja salió de la habitación en dónde se encontraban para dirigirse a la pequeña sala de estar.

—¿Edward?— Kiara asomó su cabeza por la entrada de esta pero estaba solo.

—En la cocina— Este murmuró con pesadez, que al no ser por su gran oído no lo habría escuchado.

Kiara se apresuró a llegar a esta, lo encontró mirando uno de sus cuadron, la pelirroja era una experta en la pintura. La casa se encontraba llena de esta y cada uno tenía un significado especial. El que miraba Edward era una pintura de ellos cuatro en las primeras semanas que el chico se había integrado a la familia.

—¿Podemos hablar?— Ella se posicionó a un lado de el, mirándolo de reojo.

—Eso hacemos, ¿Que pasa?— Se acomodo en su lugar mientras que Kiara buscaba las palabras correctas para decir.

—Tu padre...— No pudo terminar su frase ya que la habían interrumpido.

—¡El no es mi padre!— Edward se giró hacia ella molesto. — Que lleve su apellido, no significa que el sea mi padre.

Kiara se sorprendió con el tono que le habían hablado, en el año que había convivido con el nunca le había hablado de la forma en que lo hizo ahora.

—¿Entonces yo no soy tu madre?— Lo miro directamente a los ojos, apesar de ser más pequeña que el, ella sabía que era la que daba las órdenes en esa familia.

—No, no lo eres— Se dió media vuelta dándole la espalda. — Y nunca lo serás, Kiara.

La dejo en la mitad de la cocina, sola mientras que aquellas palabras que había dicho sonaban en su cabeza Miles de veces.

—¿Dejarás que te hable de esa manera?— Eleazar entro por la puerta que daba de la cocina al pateó tracero.

Eleazar era un viejo amigo, que también había estado con los Vulturies. Pero al encontrar a su compañera decidió irse antes de adentrarse mas y ser infeliz el resto de su vida.

—¿Donde está la chica que crío Marcus?— Tomo asiento en una de las sillas del comedor. —La chica que todos le tenían miedo, que los hacía sufrir con solo decir una palabra que saliera de tu boca.

—Esa solo fue una etapa, prometí que si salía de ahí cambiaría— Ella se sentó frente a el y bajo la mirada.

El tenía razón, su padre junto a Caius la habían criado de una forma diferente a los demás. Que nunca le bajara la mirada a ninguna persona y que supieran quien mandaba con solo escuchar su nombre.

Corazón Roto- Carlisle Cullen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora