AMÉN - 𝐇. 𝐇𝐘𝐔𝐍𝐉𝐈𝐍

01. Abadía Francesa

capitulo 1

Julio 15 de 1958

no se porque la mayoría de veces las personas no nos damos cuenta de que la felicidad puede estar incluso en la esquina de nuestra casa y se empeñan en buscarla en otros lados donde solo puedes caer el la miseria al no encontrar nada, eso mayormente pasa cuando vives o vas a un lugar con expectativas muy altas

pero es que no se como explicarles que yo no tenia expectativas altas para este lugar

todo comenzó cuando al terminar la colegiatura y al vivir en un país con una economía muy baja, la iglesia local de donde vivía le ofreció a mi madre ser misionera y ella se negó pues no quería dejar a su única hija sola en las garras del mundo a sus diecisiete años de edad recién cumplidos por lo que cuando el padre le ofreció enviarme a Francia a estudiar con la única condición de ser una especie de novicia y cumplir varias cosas que la iglesia mandaba las cuales no eran problema para mi pues al crecer con una familia religiosa estaba bien. El problema era que realmente no quería irme, tampoco sabia francés y lo que sabia de ingles era gracias al colegio y mis poderoso Elvis Presley que algunas cosas me enseñaron con sus canciones entonces defenderme en un lugar así era algo que estaba segura que no lograría hacer bien, pude estar un poco mas tranquila cuando el padre me dijo que no me preocupara pues en aquel lugar al que le diremos convento por así decirlo era común que fueran de diferentes lugares chicas a reencontrarse con el señor y limpiar su alma de los pecados del mundo, si yo también me reí, pero necesito que te hagas esta imagen mental

una chica de no más de 1.52 cm de estatura, en un convento de monjas francés usando una especie de vestido hasta los tobillos y una túnica en la cabeza tarareando alguna canción de rock and roll mientras camina por una iglesia rumbo a conocer las hermanas del lugar donde vive

loco pero cierto, en fin, son cosas que pasan en la vida

mamá no hacía más de una semana que se había ido como misionera a no se donde y solo sabía que no podría contactar con ella en un tiempo, o por lo menos eso quiero pensar

— buenos días — una monja se me acercó siendo lo que yo supuse como la madre superior del lugar o bueno la abadesa — tu debes ser Camille Beaulieu — la señora pareció pensar un poco — eso es francés pero el padre Francisco nos dijo que no eres nativa de aquí

rasque mi cabeza por sobre la cosa en mi cabeza asintiendo — al parecer mi madre concebio de un joven francés que visito nuestro país, así que por ello el apellido

esa era tal vez era otra de las razones de mi madre para enviarme aquí, querer saber acerca de la cultura de aquel hombre con el que vivió un amorío joven y del cual nació su única hija pero eso no lo se y tampoco creo que un convento sea la mejor manera de hacerlo de todos modos ya había llegado hasta acá

— está bien, entonces bienvenida Camille Beaulieu — algo curioso es que no podía detallar el rostro de aquella que me estaba dando la bienvenida pues, el habito, aja ese era el nombre de esa cosa, que tenía puesto cubría parte de su rostro, esta misma se giro y pude observar a una monja a su lado con la cabeza agachada — la hermana Charlotte te guiará, de todas las monjas del lugar ella sabe español, sabe las reglas del lugar y te las enseñará

asentí y con una curiosidad fluyendo de mi pecho mire aquella mujer que alzando su rostro con ojos llorosos me indicó que la siguiera y eso hice, al comienzo todo fue silencio y para no subirlos en la pesadilla incomoda que fue, vamos a describir el interior del hermoso castillo francés en el que me encontraba y que era el convento, el lugar tenia estilo medieval y es que el castillo de Montaigne construido en el siglo XIV situado en las fronteras del Périgord y el Bordelais en el pequeño pueblo de Saint Michel de Montaigne, perteneciente al departamento de la Dordoña es realmente hermoso y su arquitectura intacta conserva la hermosura de la edad pasada y a pesar de la reciente guerra mundial seguía siendo un lugar maravilloso, aunque debo admitir que habían lugares del castillo que lo hacían lugumbre y una tenue presencia se sentía en el ambiente a la cual no le preste atención porque estaba enfocada con mirar el lugar