5SOS IMAGINES

Michael

A media hora de allí Michael está esperando que llegues. No sabes por qué ha querido que vayas tan tarde allí, pero la curiosidad te han hecho ir.

Te acercas a la puerta y ve que esta abierta, entras apartándote el pelo de la cara, y le ves a él dentro de la sala, afinando una guitarra sentado en un taburete, apoyando la pierna en él. Cuando él te ve te hace un gesto y te sientas frente la mezcladora. Hay una nota encima de un botón, lo pulsas y oyes su risa.

-¿Esto que es?- preguntas nerviosa.

-Quería tener una opinión femenina.

-Si es por cómo vas vestido, ya te digo que perfecto- ríes.

-Bueno, empiezo- dice él sonrojándose.

Las primeras notas hacen que te erices, pero en cuanto él empieza a cantar, en esa habitación, mirándote y completamente solos los pelos se te ponen de gallina y empiezas a sentir que vas llorar. Quizás por la emoción, quizás por todo lo que ha pasado, quizás por que querías que esa canción fuese para ti.

La palabras suenan continuamente en tu cabeza, ya solo oyes la melodía, pero no prestas atención a la letra. Cuando acaba tú miras sus manos sin dejar de jugar con ellas. Michael te habla pero no levantas la vista, finalmente se acerca por detrás preocupado.

-¿Qué te ha parecido? - pregunta de nuevo.

-Perfecta - respondes levantando la cara, dejando a la vista que has llorado.

-Te dije que no quería volver a verte llorar - dice él abrazándote lo más fuerte que puede.

-Es lo que más me haces- dices intentando reírse.

-¿Prefieres que haga otra cosa?- dice él muy cerca de tu cara.

-Que me beses- susurras de forma casi inaudible.

Él te mira a los ojos un instante, sorprendido por tu respuesta. Su mirada cae entonces a tus labios, muestra indecisión mezclada con un profundo deseo. Una lucha desatándose en su interior, hasta que finalmente se da por vencido y te besa ferozmente, dejándose llevar en su necesidad. Le respondes apasionadamente. Entrelazas tus dedos en su pelo, atrayéndolo más hacia ti, mientras él te abraza por la cintura. El beso va aumentando de intensidad. Él desplaza sus manos hacia abajo, acariciando todo tu cuerpo en el recorrido, para levantarte y ponerte sobre la mesa de mezclas. Tras unos minutos os separáis para coger aire. Michael no deja ni si quiera entonces que os separen más de unos centímetros, acariciando tu mejilla con una mano, su frente apoyada a la tuya.

-Te dije de ser amigos- dices acariciándole el pecho.

-Yo trato así a todas mis amigas- ríe Michael.

-Eres idota- respondes besándole el pecho.

-Podría ser tu idiota si quisieras- suelta Mike tras un silencio.

No respondes, simplemente os abrazáis.

Pasa un rato en el que nadie habla, ellos os cogéis de las manos y respiráis a la vez. Cuando te despiertas, Michael sigue debajo tuya, acariciándote la espalda.

-Te quiero susurras.

-Yo también te quiero.