Llevaba tres semanas en Sydney y aún no conocía a nadie. Mudarse justo en vacaciones no te da margen para conocer a gente nueva, además si no iba al instituto...
Iba dando un paseo como cada mañana para conocer los alrededores.
"Genial, me he dejado los cascos" pensé y maldije a mi hermano mayor que siempre me los sacaba de la mochila.
Hasta ese día no me había fijado, pero se oía un ruido. Porque no era música, era ruido. Me acerqué lentamente hasta la puerta de el garaje, por desgracia estaba cerrada. Comencé a irme cuando se abrió y casi me da. No sé por qué pero me escondí.
Ví salir a tres chicos pero no me fije más, sólo faltaba que a los tres primeros chicos que veía pensaran que era una cotilla.
Cuando están lo suficientemente lejos, el ruido vuelve a sonar, aunque ahora puede escucharse mejor el ritmo. Esta vez la puerta está abierta, así que te asomas. Ví a un chico tocando la batería algo emocionado y me reí.
Yo también tocaba la batería pero desde luego no me afanaba tanto. Estaba a punto de irme cuando los tres chicos volvían. Me quedé petrificada.
-Hey- soltó uno de ellos sin más.
-Hola- respondí tímida.
No sé cómo acabé dentro del garaje con ellos, que resultaron siendo muy majos. Estaban empezando a hacer música y por eso sonaba un poco mal. Aún no habían ensayado mucho.
Se hacía tarde y me resultaba raro que mi madre aun no me hubiera llamado. Y como por arte de magia mi móvil sonó.
-Me tengo que ir- dije levantándome- me ha encantado conoceros.
-A nosotros también- me respondió el chico rubio- Además, también deberíamos irnos.
Salimos todos juntos y el chico que tocaba la batería nos acompañó hasta la puerta. Cuando empecé a irme, el chico del pañuelo me paro.
-¿Vives lejos?
-Un poco.
No vivía tan lejos, solo a un par de manzanas pero quería que me acompañara. Y así lo hizo, se puso una chaqueta y me acompañó a casa. De camino le pregunté tres veces su nombre, no soy muy buena para eso, y le conté que yo también tocaba la batería a lo que nos picamos un poco.
El camino a casa se hizo más corto de lo normal y yo desee vivir en la otra punta de la cuidad.
-Bueno...- comenzó a decir- ¿La próxima vez que nos veamos haremos una competición de batería? Quien gane tiene que invitar al otro a cenar.
Que fuera tan directo me hizo gracia.
-Me parece bien- respondí y él se acercó a darme un beso en la mejilla- prepárate para invitarme- le susurré. Entré en mi casa y cerré la puerta, y él se quedó fuera riendo.
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5SOS IMAGINES
FanfictionHola☺️ Voy a dedicarme a hacer imagines cortos (más o menos) sobre los chicos. Podéis seguirnos en nuestra cuenta de tw si queréis también @5bananagirls donde podréis enteraros de las noticias más relevantes (y menos) de los chicos, también hay con...