Varios planes pasaron por la mente de Sowon mientras yacía en el colchón junto a Eunha. Era seguro decir que Ji-min había recibido órdenes de lastimar a Eunha. También observó el descontento en Ji-min. Podría ser un punto de inflexión para Eunha cuando se trataba de crisis. Estando libre de ataduras, Sowon sabía que tenía sólo una oportunidad de hacer un escape. En caso de fallar, Eunha sufriría las consecuencias y no tendrían otra oportunidad de salir.
Del otro lado del cobertizo, Ji-min seguía levantando su voz. Esta vez, Sowon pudo escuchar a uno de los hombres. Y no tardó mucho en identificarlo como Hoon, el peor de los dos hombres.
—¿Cuál es el maldito problema? ¿Tienes tanto miedo?
—Usa tu cerebro, Hoon. Sólo nos están usando.
—Córtale el dedo a su amiga. No verán la diferencia.
—Su padre no es un hombre estúpido. Él se dará cuenta.
—Si tienes tanto miedo de hacerlo, lo haré yo.
—No nos pagan por ello. Y no es lo mismo cuando se inicia la amputación. Eso, es otro cargo.
—Sólo tienes miedo.
—¡Demonios! ¡Esto es un negocio! ¡Si vas a hacer las cosas a tu manera, lárgate!
Un golpe repentino sobre la mesa amplio los ojos de Sowon. Hoon ahora estaba gritando vulgaridades. Ji-min lo siguió al instante. El otro tipo gritaba que se detuvieran.
Junto a ella, Eunha estaba temblando, así que apretó ligeramente su brazo para darle un poco de seguridad.
—Quédate quieta —susurró.
En ese momento un disparo sonó y la ensordeció. Inevitablemente, Eunha gritó y atrajo atención no deseada.
"¡Maldición!" Sowon se asomó por encima del hombro de Eunha y vio a Hoon caminando con grandes zancadas hacia ellas y la pistola en mano. "¡Es ahora o nunca!"
A pesar del ligero latido en su cabeza por la fiebre, revuelto con la medicina, Sowon mantuvo a Eunha inmóvil hasta el último momento. Hasta que con un movimiento rápido, Sowon levantó la pierna y pateo el arma cuando estuvo a su alcance. La siguiente patada fue dirigida a la muñeca lesionada, provocándole un grito y una mueca de dolor a Hoon. Sin perder el tiempo, utilizo el impulso para girar sobre sus pies y luego corrió hasta la pistola.
Hubo gritos y un montón de disturbio, sin embargo, Sowon redujo en zonas todo el sonido, centrándose únicamente en tomar el arma. La mano de Hoon casi la recupera, pero ella se las arregló para empujarlo fuera del camino y tomar el arma con la mano izquierda. Una vez que lo consiguió, fue cuestión de poner suficiente distancia entre ella y el sujeto. Hasta que el grito de Eunha terminó todo.
—¡Tira el arma ahora! —gritó Ji-min.
Sowon mantuvo su arma apuntando a Hoon y se movió para conseguir la visión de Eunha.
Ji-min la tenía por el cuello y la pistola en su sien. Había una posibilidad muy real de que Eunha muriera, a pesar de que Sowon sabía que era lo último que Ji-min deseaba. Había llegado el momento de enfriar las cosas.
—Sabes que nunca habría hecho todo esto —comenzó Sowon, el arma aun apuntando a la cabeza de Hoon.
—¡Cierra la boca Sowon! ¡Maldita sea!
Sowon siguió adelante. —Te prometí y tengo la intención de mantener mi promesa. Pero soy la guardaespaldas de Eunha y no voy a permitir que nadie le haga daño.
—¡Baja el arma!
—¡ESCÚCHAME! —gritó Sowon— Suelta a Eunha y no voy a hacerlo.
—Estamos hablando demasiado —gruñó Hoon— ¡Dispárale ya maldita sea!
Sin embargo, Ji-min no lo hizo. Sowon vio la vacilación en sus ojos y lo aprovechó. —Lo juro. Sólo quiero proteger a Eunha. Es mi trabajo. Nos quedaremos aquí, si nadie le hace daño.
Ji-min pareció considerar la negociación de Sowon, pero Hoon no tenía paciencia. Intento empujar a Sowon, obligándola a apretar el gatillo. La bala impactó en su tobillo y el enorme hombre se hundió con un grito adolorido. Por otro lado, Sowon ni siquiera se inmutó. En su lugar, mantuvo sus ojos en Ji-min, sosteniendo la mirada de la mujer con toda la calma del mundo.
—No voy a dispararle, Ji-min. No si Eunha no es lastimada.
—Tira el arma y hablaremos.
Sowon negó con la cabeza. —Necesito el arma. Tu hombre no está escuchando y tengo que proteger a Eunha y a mí, de él.
—¡Le disparaste, maldita sea!
—Iba a atacarme —Sowon se alejó de los gritos de Hoon— él no te está escuchando Ji-min. Nunca permitías eso.
—No sabes ni una mierda.
—Sé lo suficiente... —Sowon oía los sollozos de Eunha, pero mantuvo sus ojos en Ji-min— sé lo que es una promesa —la cara de Ji-min se puso roja y parecía que estaba a punto de estallar, pero Sowon se mantuvo firme y mantuvo su expresión estoica, incluso cuando Ji-min empujó a Eunha al suelo.
—Toma a tu mujer.
—Ella no es mi mujer. Es la hija de mi cliente.
—No jodas maldita perra. Esto no ha terminado, Sowon.
Sowon seguía apuntando su arma a Hoon, mientras se movía para proteger a Eunha, y esta ultima se arrastraba hacia ella. —Creo que nos dejaran tranquilas como prometiste. Yo estoy dispuesta a esperar, si nadie más sale herido.
La rabia no disminuyó en los ojos de Ji-min, pero bajó la pistola y se trasladó hasta Hoon. —Maldito Idiota... —lo insultó antes de pasarlo al otro hombre que había permanecido a su lado en silencio durante todo el intercambio— ¡Hyuk! ¡Ayúdame a detener la hemorragia!
Hyuk se adelantó, quitándose la camisa. Lo apretó contra la herida, haciendo a Hoon gritar de dolor. Junto con Ji-min, aseguraron el tobillo de Hoon y lo levantaron del suelo. La fuerza de Hyuk se demostró con facilidad al servirle de apoyo a Hoon hasta llevarlo a la puerta.
Con la atención de sus captores desviada en Hoon, Sowon se deslizo furtivamente a la mesa del otro lado y robó el teléfono de Ji-min. Metiéndola debajo de su vestido, Sowon volvió al colchón donde Eunha se sentaba con lágrimas corriendo por sus mejillas.
—Oye, oye... no más lágrimas, ¿de acuerdo? —decía Sowon mientras tomaba a Eunha entre sus brazos.
—Tuve tanto miedo —dijo Eunha entre sollozos.
—Lo sé. Fue muy peligroso, pero fuiste muy valiente.
—Sólo quiero ir a casa, Sowon. Por favor, llévame a casa.
Sowon miro fijamente sus pies descalzos ennegrecidos, obligándose a mantenerse fuerte a pesar de su situación. —Estoy trabajando en ello. —levanto la barbilla de Eunha y Sowon sonrió cuando la mujer se encontró con sus ojos— ¿Confías en mí?
Eunha asintió. —Confío en ti.
—Muy bien. Porque tengo un plan y necesito que me ayudes.
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Mi Guardaespaldas (Wonha)
Fanfic¿Han oído hablar de la familia Jung? Es una familia tan adinerada, que podría pagarse su propio país. Y una de sus hijas es Jung Eunha: una niña rica, mimada y rebelde. Pero tanto dinero trae consecuencias; lo que provoca que esta niña rica, mimada...