Herencia (Severitus) Harry Potter

Capítulo 64

Severus observo con fingido desinterés como su cachorro en su forma animal jugueteaba con un ratón para morder. Era sábado por la mañana y su cría había decidido levantarse temprano como todo buen bebé, eso lo había obligado a levantarse de sus abrigadas mantas hacia la habitación de su hijo, donde esté le esperaba con una gran sonrisa en su rostro. Habían desayunado tranquilamente y ahora Harry se encontraba jugando con uno de sus peluches para morder. Snape estaba sentado en el sillón con un café en su mano mientras fingía leer el "Profeta", mientras tanto el gatito negro masticaba echado sobre el suelo al pobre peluche. Pero como era de esperarse no duró mucho en esa tarea, a pesar de que le dolieran los dientes su concentración era limitada y pronto se aburrió de la actividad en la que estaba. Severus levantó una ceja cuando noto que su cría lo observaba

" Vamos papá, juguemos!!!" Ánimo el gatito colocando sus dos patitas delanteras sobre la enorme pierna de su papá

— estoy terminando de desayunar Harry — respondió Snape con una mueca

Severus observo como su cachorro lo observaba con tristeza. Negó con la cabeza y ahuyentó al gatito con un amable empujón hacia su habitación. Pero cuando coloco su mano sobre el cuerpo del gatito este aprovecho y se giró mordiendo los dedos de su papá. Severus levantó una ceja ante esto, Harry solo lo miro con grandes ojos azules/dorados, para luego subirse al brazo de su papá y comenzar a trepar por el hasta quedar sobre el regazo del hombre mayor. Harry dio algunas vueltas y luego se echó sobre las piernas de su guardián. Severus negó con la cabeza divertido y continuo leyendo su diario

"... Los Aurores han podido atrapar a otros Mortifagos que...."

Pero no pudo continuar ya que su hijo comenzó a arañar el diario que leía. Miro hacia abajo para ver al pequeño gatito usar sus patitas delanteras para "atrapar" a las personas que se movían en las imágenes del diario.

— Harry — regaño Snape firmemente

Harry miro hacia arriba para ver a su papá mirándolo severamente. Maullo molesto, no podía hacer nada!!! Estaba aburrido!!! Severus agarro al gatito y lo depósito en el suelo

— déjame terminar mi desayuno y luego jugaremos — comento Snape bebiendo su último sorbo

Harry movió sus orejitas y noto las emociones cansadas de su papá, es verdad que se levantaba temprano pero nunca había considerado que su papá estuviera cansado. Era sábado por la mañana y su papá le había tocado dar algunas clases esta semana , lo cual significaba que tal vez quería descansar el fin de semana y el no lo había dejado!!! Miro a su guardian notando las ojeras debajo de sus ojos, era obvio que necesitaba descansar y el no se lo había permitido. Si estuviera con los Dursley y no los hubiera dejado dormir en paz lo hubieran casi matado a golpes. Sin embargo su papá no lo había hecho, le sonrió cuando entró a su habitación a pesar del cansancio que pudiera sentir.
Harry sacudio su cabeza y comenzó a caminar hacia su habitación. Severus dejo de leer el diario el profeta para observar a su cachorro, ahora emitía oleadas de angustia y preocupación mientras se dirigía hacia su cuarto. Dejo el diario sobre la mesa y miro en dirección hacia su cría, unas imágenes cruzaron fugazmente en su mente. Todas sobre los Dursley, los años en los que había estado viviendo su cachorro con ellos. Fue como si los dioses o Lily pensó Snape, quisieran que se vengara de ellos. Y considerando lo que había visto cuando recogió al cachorro recién transformado, realmente les debía una visita.  Aún así Harry no debia enterarse de nada, ya que si sabía que haría le estaría dando el mensaje que vengarse está bien, cuando no lo está. Pero quería que los Dursley supieran que el cumplía su promesa, y el había prometido  volver a por ellos, especialmente por Petunia Dursley. Se levantó del sillón mientras su mente se divertía imaginando las peores formas habías y por haber de torturar a los malditos "tíos" de su hijo. Entro en la habitación del bebé y lo encontró sentado en el suelo con un par de cubos de colores mientras se fregaba con un puñito uno de sus ojitos