Sus cuerpos congeniaban como uno solo, él sin vergüenza recorría todo su cuerpo con las manos, le encantaba, la deseaba como nunca había deseado a una mujer en su vida y por eso quería hacerla suya. Sin haberlo previsto le quitó la diminuta camisa que llevaba dejando al descubierto sus enormes senos, los tomó con ambas manos y se preparó para llevárselos a la boca. Ella lo disfrutaba, tanto que dejaba caer su cabeza por efecto del placer.
-¡Buu!
-Mi'erda- El rubio cerró la laptop rápidamente a la vez que sacaba la mano de su pantalón.
-¿Otra vez viendo esas páginas?- Rió el castaños.
-Me asustaste- Se llevó la mano al corazón- Pensé que eras mi mamá.
-Si tu mamá te ve créeme que le da algo y se muere.
- No quiero ni imaginarme que puede pasar si me atrapa- Se abrochó el cierre del pantalón.
-Te mete a una escuela de mojas- Se burló de su mejor amigo.
-Tan solo estando aquí me siento en una- Se paró de la cama y miró a su amigo -sí, bajó la vista a sus pantalones-.
-Ve con confianza Luke, yo aquí te espero.
Luke hizo caso al chico del cabello alborotado y entró al baño, tenía un problema que solucionar y de seguro le llevaría unos considerables minutos, así que tomo la opción más sencilla... darse una ducha muy, pero muy fría.
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Por otro lado, la situación no variaba demasiado con ella, con los ojos cerrados y con una mano dando movimientos rítmicos dentro de su ropa interior se daba el placer que era incapaz de recibir. Gozaba de su soledad plácidamente hasta que un vibrar sobre la mesa la interrumpió.
* ¡Rayos! *
-Hola.
-¿Te interrumpí algo?- Rió la voz tras el teléfono.
-Emm... No Amanda ¿Por qué preguntas?- Mintió.
-Tu voz ronca te delata amiga. Estás más caliente que gata en celo.
-Bueno, yo, es que- Balbuceó sin sentido.
-Te llamaba para invitarte a cenar- Dio una leve carcajada.
-¿A dónde?- Se sentó cómodamente en su cama.
-A mi casa- Un tono pícaro se adueñó de su voz- Estaremos todos- Recalcó la palabra "todos"- Y si quieres puedes quedarte a dormir.
-No lo sé- Bromeó.
-Vamos ______, sé que quieres- Hizo una pausa- ¿O es que acaso él está contigo?- La curiosidad se apodero de la rubia.
-No.
-¿Entonces te veo a las ocho?
-Claro.
-Adiós linda, cuídate- Colgó el teléfono.
La rubia sonrió con el teléfono en mano, está noche su plan se haría realidad, plan que llevaba planeando hace ya más de un mes. Con una sonrisa en su rostro fue a asegurarse de que su hermano estuviese en su cuarto.
* La venganza es dulce como la miel, e incluso más sabrosa *
-Luke- Tocó la puerta de su habitación.
-Hola- Sonrió el.
-¿Qué haces tú aquí Ashton?
-¿Qué? ¿Acaso no puedo estar con mi amigo?