Capítulo 7: Tenemos que hablar

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POV Jennie

¡Deja de llorar, deja de llorar, deja de llorar!
La letanía se repetía una y otra vez en mi cabeza, y una y otra vez las lágrimas salían más rápido y con más fuerza. Acababa de encerrarme en mi cuarto y estaba recargada contra la puerta, contuve un sollozo y di gracias a Dios porque la estúpida, mujeriega aún no hubiese regresado de la casa de sus padres. Me deje caer todavía con la espalda pegada a la puerta y me encogí hasta que mi frente toco mis rodillas.

¡Deja de llorar, deja de llorar, deja de llorar!
Me tallé los ojos con el dorso de las manos, como pude y entre hipidos me puse mi pijama (unos shorts y una playera de tirantes color azul) y me tire a la cama.

Después de estar unos minutos con la cara enterrada en la almohada y de lograr, por fin, que mi respiración se controlara, me di la vuelta para quedar de cara al techo y me dispuse a analizarme, cuando las notas de la canción Adiós de Gustavo Cerati, llenaron mi habitación.

Me tarde tres segundos en darme cuenta de que la melodía provenía de mí buró, más exactamente del celular que estaba sobre de ella. Extendí la mano con la intención de cogerlo cuando un pensamiento me paralizó: ¿Y si era ella?

Por arte de magia el llanto cesó y una sonrisa, de esas bobas que últimamente adornaban mi cara, apareció.- Hola-dije lo mejor que pude pues mi voz sonaba rara por el llanto.

-¿Jennie?- escuche la voz del otro lado de la línea, cerré mis ojos y sentí como si me estuviera cayendo dentro de un abismo, grande y negro. ¿Qué demonios estaba pensando?, ¿Dónde demonios, en mi cabeza cabe que Lisa me iba a llamar? ¿Por qué habría de llamarme? ¿Para pedirme disculpas? ¿Disculpas de qué o por qué? ¿Por besarse con una de sus tantas novias?

¡Maldita sea! ¡Estúpidas lagrimas! ¿Por qué se empeñaban en salir?

-¿Cariño?- la voz Jongin al otro lado de la línea me obligo a apartar esos recuerdos de mi mente.

- ¿Sí? - contesté, no me gustaba, solo Lisa me llamaba así - ¿Qué pasa?

- ¿Estás bien? - ¡Maldición!, ¡Estúpidas lágrimas!, ¡Estúpida Yiren!, ¡Estúpida Lisa!, ¡Y estúpida yo!

- Si - Mentí y reprimí como pude un hipido. Desde luego que no le iba a decir que estaba llorando como una imbécil, sólo porque la tarada de mi mejor amiga y que se auto nombró mi “novia”, se había besado con su novia, amigovia, compañerita de turno, o lo que sea

-Mira, te llamo para saber si…- La voz de Jongin se escuchaba muy lejos para poder siquiera ponerle la más mínima atención, así que el hilo de mis pensamientos siguió por donde iba.

Dejé que hablara y digiera lo que tuviera que decir y yo me dediqué a seguir pensando en mi estúpida situación.
¿Por qué carajos lloraba?
Sí al final de cuantas eso iba a pasar tarde o temprano. Desde un principio sabía que era mala idea el permitir que ella me ayudará, así como también sabía que tenía varias novias.
Nosotras, Lisa y yo solo fingíamos ¿no?, era solo algo “actuado” para que mi familia me dejara en paz, ¿Por qué entonces, me dolía tanto el haber visto a Lisa con Yiren?

-Entonces quedamos así: mañana a las once en el bar que se encuentra a cinco cuadras de tu departamento No sabes las ganas que tengo de verte. Que descanses.-Dijo y colgó

-¿Eh?-fue lo único que atiné a decir. Había estado tan metida en mis ondas que sin pensar había estado haciendo de vez en cuando uno que otro “Umm” y “Ajá”, que no supe con cuál de ellos había aceptado. Mi pulgar se levantó unos centímetros listo para llamar a Jongin y cancelar la supuesta cita cuando caí en la cuenta…

-¡POR DIOS!-exclamé y me senté de golpe en la cama.-OH, no, no, no, no…- negué frenéticamente con la cabeza intentando que ese pensamiento, que había a parecido como si se tratase de un rayo de luz divina, se instalase en mi cabeza.
Pero entre más lo negaba, una parte de mí parecía más convencida, así que de repente comencé a reír de alegría al entender que era lo que me estaba pasando y a su vez también comencé a llorar al aceptarlo.
Era algo tan bonito y a la vez tan horrible que, cuando lograba serenarme por algunos segundos sólo podía pensar en lo estúpida que era. Y es que ¿de que otra manera se le llama a la idiota que se da cuenta de que está enamorada de su mejor amiga y finge ser su novia solo para callarle la boca a la odiosa de su madre?
La respuesta: I D I O T A
¡Oh, Dios! ¿Qué se suponía que debía hacer? ¿Debía de correr a su lado, confesarme y decirle que me amara?, ¿Debía de olvidarme de todo y hacer como si nada hubiera pasado, dejarla seguir con su vida y yo buscar la manera de seguir con la mía?
Es más, ¿Debía de seguir con toda esta farsa o cancelarla?
¡M.I.E.R.D.A!
¿Por qué este mundo tenía que ser tan malditamente complicado?
-Bien.-Me dije y cerré los ojos.-Cálmate. Respira profundo- me senté intentando adoptar la posición típica para meditar pero luego de unos minutos, mi cabeza y yo ya habíamos tomado una decisión, era dolorosa, sí, pues a final de cuentas acababa de descubrir que estaba enamorada de Lisa, pero era lo mejor para todos. Yo callaría y ocultaría mis sentimientos, así ella podría seguir con sus noviecitas.
Así que lo primero sería cancelar toda esta tontería ser novias, mañana a primera hora hablaría con Rosé, le contaría que todo había fallado y como todavía conservaba los anuncios de gigolós y podría darme el dinero. Fácil y sencillo.
Me metí debajo de las sábanas y me acomodé para dormir, sólo esperaba que el recuerdo de Lisa besando a Yiren no invadiera mis sueños.

Mamá, papá... Soy gay. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora