Capítulo 11: Dama excepcional

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POV Jennie

Bajé las escaleras con cuidado sin dejar de ver por donde pisaba, no quería romperme un pie precisamente ahora.

Iba más o menos por la mitad de la escalera cuando una sensación familiar me recorrió de la cabeza a los pies. Mi respiración se alteró, mi corazón latió un poco más rápido y el típico y familiar vacío se instaló en mi estómago.

Lentamente levanté la mirada y me quede inmóvil en mi lugar. Sé que fueron unos segundos, pero a mí me parecieron horas, los que pasé viendo fijamente a Lisa.

Sonreí poco a poco y me sonrió de vuelta. Bajé unos escalones más y se encaminó hacia mí. Me permití mirar hacia la puerta otra vez y sin poder evitarlo sonreí más.

POV Lisa

Divisé la casa cuando solo faltaban algunos metros. Apresuré el paso y cuando iba a medio jardín un ruido proveniente de atrás llamó mi atención.

Una mujer de unos sesenta años, con el pelo blanco se dirigía hacia la casa desde el otro extremo del jardín Apenas podía andar y eso que se apoyaba en un bastón. Se paró al llegar al casi a mí lado y me sonrió.

-¿Me permite? - pregunté con una sonrisa en cuanto me acerqué y le extendí un brazo para que la señora se apoyara en él.

-Gracias, hija. Estoy recuperándome de una fractura en la cadera y me cuesta mucho trabajo moverme. Y todos esos hijos y nietos míos no parecen recordarlo. ¿Vives por aquí?

-Eh… no. Vengo a ver a mí novia. Me invitó a pasar navidad con ella y así de paso conocer a su familia. -Contesté.

-¡Ah! - exclamó la ancianita y se detuvo.

Me tomo del brazo me parto de ella y me hizo girar y luego me puso enfrente de ella.

- Sí que tiene buen gusto. No me sorprende porque no quiso presentarte antes. ¿Oh, más bien es solo que se acaba de dar cuenta? ¡Si que es despistada esta niña!

-¿Disculpe?

Esta abuelita empezaba a darme miedo, bien dicen que no es bueno hablar con extraños. Intentaré recordarlo la próxima vez que vea a alguno, con mi mala suerte y mis antecedentes lo más probable es que resulte ser el hermano gemelo perdido de mi némesis.

-Tú debes de ser Lisa - No era ni pregunta ni presentación, solo la confirmación de un hecho.

- Si. Tú eres Lisa.

Me tomó del brazo otra vez e iniciamos el camino.

- Jennie siempre hablaba de ti. Y cuando lo hacía siempre le brillaban los ojos. Me da gusto que estés con ella. Eres una muchacha muy buena y muy guapa.

- Eh… ¿gracias?

-Yo soy su abuela, Jean. Pero puedes decirme “Abu” como todos los demás. Me palmeó la mano y sonrió, pero fruncido el ceño cuando llegamos a la puerta - Esta niña va de mal en peor.

Miré para ver a qué se refería y no pude evitar abrir los ojos. Krystal traía puesto un vestido que más bien parecía un pedacito de tela que le cubría lo estrictamente necesario y que la hacía verse… muy destapada para la época del año.

Realmente me había dejado en shock.

¿Quién en su sano juicio se vestía así para una cena familiar?

Gracias, hija-Me dijo “Abu” en cuanto llegamos. Yo intenté mirar a otro lado que no fuera la lombriz de rojo que estaba en la puerta- ¡Krystal, hija!, ¿Cómo estás?

Mamá, papá... Soy gay. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora