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Alumbré la pared confundida. Me había ido en busca de los demás, y cuando volví, el reloj ya no se encontraba ahí.
—Estaba aquí. Aquí mismo. —Hablé.
—¿Un reloj de pie? —Preguntó Nancy dudosa. Asentí.
—Era tan real. —Murmuré.—Y luego, cuando me acerqué, de repente... me desperté.
Recordaba a Steve y Billy moviendo mis hombros asustados. Era consciente pero mi cuerpo no reaccionaba, mi mente se encontraba intentando descifrar al maldito reloj en la pared.
—Era como si estuviera en trance o algo así. —Habló Billy.
—Igual que Chrissy, según dijo Eddie. —Murmuró Dustin.
Mi vista cayó al suelo. Asustada, me giré viendo a mis amigos, haciendo que las linternas iluminaran mi rostro.
—Y esa no es la peor parte. —Hablé con una lágrima cayendo por mi rostro. —Vean.
Caminé hacia la sala en donde estaban los informes de Fred y Chrissy. Los tomé y se los enseñé a los demás.
—Fred y Chrissy acudieron a la consejera Kelley. Ambos tenían dolores de cabeza, dolores fuertes que no se iban. —Robin tomó los informes y los leyó. —También pesadillas, problemas para dormir. Se despertaban sudando frío. Luego empezaron a ver cosas. Cosas malas. De su pasado. Y estas visiones siguieron empeorando hasta que, finalmente... todo se terminó.
—La maldición de Vecna. —Habló Robin.
—Chrissy empezó a tener jaquecas hace una semana. —Seguí hablando. —Fred hace seis días. Pero yo las tengo desde hace meses. —Billy bajó su vista y Steve frotó su rostro. —No sé cuánto me queda. Lo único que sé es que... Fred y Chrissy murieron menos de 24 horas después de la primera visión. Y yo acabo de ver ese maldito reloj.
El nudo en mi garganta hizo que mi voz saliera llorosa. Mis ojos se encontraban inyectados en sangre y mi nariz estaba roja.
—Parece que moriré mañana. —Susurré con mi vista en un punto fijo.
Un ruido en el pasillo hizo que saltáramos en nuestros lugares.
—Quédense aquí. —Susurró Steve mientras caminaba fuera de la sala.
Antes de salir, frenó y tomó una lámpara. Billy comenzó a caminar detrás de él siguiéndolo.
Salimos de la sala, Dustin y Nancy alumbraban con sus linternas, ya que el pasillo se encontraba oscuro y vacío.
Un ruido se aproximaba cerca nuestro. Steve apretó la lámpara entre sus manos y Billy preparó sus puños dispuesto a pelear.
Un Lucas agitado apareció frente a nosotros, haciendo que gritaramos del susto, incluso Robin me cubrió con su cuerpo intentando protegerme.
