Cap. 8 "Domínguez un tipo relativamente legal".

1.1K 58 1
                                    

Domínguez se va de la sala, arrastrando con el, a la puta que estaba tumbada en el sofa, y el holor a tabaco y a menta que desprendía su chicle, que con tales ansias mascaba. Al quedarme sola, aproveché para levanteme la camiseta y ver las costillas, que tanto me dolian.

En efecto, tenia un hematoma, tenía la costilla derecha completamente morada casi azul. Segui inspeccionando por la piernas, me remangue el pantalon, y tenia una herida abierta, como si me la hubiera producido un navagazo, una quemadura en el tobillo, de forma redonda, me habían utilizado coko cenicero, tenia miles de quemaduras en las piernas. Supongo que todo esto me lo hicieron cuando estaba inconciente. Vi a Domínguez entrar otra vez, esta vez con cara preocupada.

-Tengo la costilla rota - le digo con la esperanza de que me diera un medicamento para el dolor.

-Levantate la camiseta - me dice en tono cortante, mas que la navaja que me habia producido la herida de la pierna.

Titubeo unoa instantes, pero su seriedad, me hace pensar que no va de broma. Me levanto pqra enseñarle la costilla, y me remango la camiseta hasta bajo de los cenos, de forma que se viera todo el vientre. Su mirada no cambia, lo que me produce una relajación al no ver lujuria en su cara.

-Recuestate, voy a hacerte una pomada y te vendare - me dice forma segura mientras se va a coger dicha pomada, me recoste con la esperanza de encontrar algo de paz y serenidad, cierro los ojos, intentando pensar n Jorge, en sus ojos verdes recorriendo cada espacio de mi cuerpo, su sorisa, su piel, tu tacto erizando mi piel, todo el...

-Esto te dolerá - me dice Domínguez en un tono amenazante, despertandome de mis pensamientos.

Comienza a extender la crema, cada roce es una agonia y un grito ahogado, mi respiración se agita por el dolor, no lo podia soportar.

-Voy a terminar ya - me dice en un tono compasivo, lo que me resulta extraño viniendo de mi secuestrador. Al final Domínguez resultó ser un tipo legal, hablando eapecificamente de un buen hombre; pr pasar drogaz no era precisamente legal.

Al finalizar siento un alivio inmediato, me ayuda a recostarme y enrroya una fina venda que a medida que gira en mi cintura se vueve mas gruesa, de forma que la capa me protege de otros golpes. Cuando ha terminado, me pone un poco de cinta aislante al final de su obra.

-Gracias - le digo en un corto susurro

-Tienes algo mas? - me dice preocupado, analizando mi cuerpo desde una distancia prudente - A saber lo que esos animales te habtan hecho - me dice idignado.

-Tu eres igual que ellos, no te convierte en buena persona haberme puesto una tireta (venda) en el daño que tu has hecho - le digo en tono amenazante.

-Ya veo que tienes una lengua peligrosa, no te conviene hablar mas de la cuenta Martina - me dice como una amenaza.

-Donde voy a dormir? - le digo resignada.

-En mi habitacion o aqui... - me dice con una sonrisa perversa.

Ante su respuesta decido ignorarlo, y a la vez responderle con un simple gesto, me tumbo en el frio suelo como señal de que me pesaba de el, y el preferia dormir en un suelo duro y frío a tener que estar con el.

-Como quieraa - me dice con una risilla.

Entorno los ojos intentando caer en un bonito sueño, que me ayude a escapar de Aqui temporalmente.

Oigo pasoa de Domínguez rebotar en el suelo, cada vez son mas lejanos y distantes, y al final la sala se vuelve oscura, apagando las luces y dejandome sola, en un almacen frio, lleno de ratas, y con heridas seguramente infectadas, apesar de elloa solo podia pensar en Jorge, y en sus cálidos brazos, rodeandome la cintura mientras sus carnosos labios me besaban.

LA SIRVIENTA "Novela Jortini♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora