Cap. 11 "Bob Bob Richard parte 1 "

1K 50 1
                                    

Pedimos unas pizzas, para traer a csa, ya que no se podía slair de casa por si los paparazzis nos veían. Era todo muy subrealista, yo acababa de estar secuestrada, y se supone que nos ibamos a distanciar, y ahora estábamos los dos, sentados en su terraza, y disfrutando de el sol, que acariciaba nustros desnudos cuerpos. Nos dedicamos a ir todo el día desnudos hasta que llegaron las pizzas, queríamos estar cómodos, y desde luego lo estábamos.

Al llegar las pizzas nos sentamos en el sofa, con nuestros respectivos albornoces, cambiabamos de canal, sin saber que poner, y entonces pusimos un programa de cotilleos. Nuestras caras se pusieron pálidas al ver las imagenes que estás daban. Saliamos Jorge y yo besándonos, era el día que vino a rescatarme, no se me veía la cara, pero sí mi espantoso físico, estaba demacrada. El ruido de el teléfono nos despertó de aquella visión. Jorge agarró el teléfono con las manos escurridizas por los nervios y yo mientras seguía mirando hipntoizada la televisión, había un cartelito a bajo de la imagen y este decía "Además de ser un mugeriego, es un maltratador, vean las heridas que tiene la chica que está en sus brazos, Samantha ten cuidado con este chico", las palabras me helaron, como se atrevían a acusarlo de esa manera?.

Intente oir la conversación de el teléfono, y solo oía a Jorge -Perfecto, lo siento Sr Blanco, eso significa...- no terminó la frase, se dedicó a colgar y volver a mi lado. Su cara preocupada me demostraba que nada iba bien, hasta que sus fracciones cambiaron radicalmente, con una sonrisa de oreja a oreja, e invadiendome de alivio al ver que era una broma.

-El Sr Smith ha firmado, ha Samantha la han cogido en la agencia de modelos, y está teniendo un notable exito, y he cumplido con mi padre - me dice eufórico y contento. Mi cara serie y preocupada hace que el reaccione y miré la televisión, sus ojos se abren como platos al ver la noticia.

-Puedo decirles que no es verdad- le digo en un pequeño susurro cortando el silencio.

Su cara tensa cambia a una cara más normal, y hasta cariñosa.

-No importa, lo único que de verdad importa es que soy libre, estamos juntos, y voy ha cumplir mi sueño.- me dice con una sonrisa dulce.

-Vas a ser médico?- le digo sorprendida.

-No, eso era cuando era un crío, quiero montar mi propia empresa Martina, y ya tenía algo en mente por si pasaba de esto- me dice de forma segura.

Me lanzó a el, y a su forma despreocupada de vivir la vida, me encantaba, y me había dado cuenta de que lo había cambiado por completo, recuerdo la primera vez que lo vi, frío, seco, distante, embaucador, y ahora en cambio era cariñoso, cálido, romántico, y simpático.

Nuestros besos eran suaves y dulces. Me puse a ahorcajadas en sus piernas, y me quité el albornoz, junto con el, vi su erección y le puse un preservativo, que tenía en el bolsillo de el albornoz, me agarraba de mi revoltoso pelo, mientras me besaba más apasionadamente, me agarró de la cintura, y notaba su erección contra mi vientre. Agarré un bolde fresas que tenía a mi lado junto con el chocolate respectivo.

-Qué te parece tomar fresas con chocolate para comer en vez de pizza?- le digo de forma interesante.

-Creo que dejaremos la pizza en la basura, prefiero el ácido de las fresas- me dice dándome un beso y un lametón en el cuello- y el dulce de el chocolate- me dice con un beso en los labios. Agarró el bol de chocolate, y notó su mirada espectante, derramó todo el bol entre nuestros cálidos y torridos cuerpos. Provocándo un gemido de el. Noto que todo me da vuletas, hacía mucho calor. El me agarrá de la nuca y me aprisiona contra su cuerpo, de forma que el contacto hace que rocemos y esparzamos el chocolate. Nos besamos apasionadamente, y mis caderas no dejan de moverse al notar como el chocolate se derrama por mis piernas.

Me aparta suavemente, tirándo mi cuerpo hacia atrás, de fomra que le dejo accesible mis pechos, comienza a lamer mis pecho derecho con sabor a chocolate, mientras que con el otro, juguetea con una fresa medio mordida, no me podía creer lo que sucedía, sentía el frío el tacto suave de la fresa, mientras que por otro lado sentía el chocolate caliente en mi pezon, y junto con la experta lengua de Jorge, haciendo circulos concentricos. Mi espalada se arquea, a causa de el placer, y sin pensárselo dos veces, me alzá penetrando en mi.

-Jorge...- grito bastante fuerte sintiendo su miembro dentro de mi, con los ojos cerrados, y sintiendo el placer en estado puro.

Me acaricia el torso lleno de chocolate, y sus caricias son gemidos para mi, vuelve a embestirme, tomo el control de la situación, y me recuesto en su hombro, lo muerdo y lo lamo, y vuelvo a subir, hasta que voy a una velocidad moderada. Cuando me doy cuenta, he explotado en mil pedazos, junto con Jorge que estaba lleno de chocolate la igual que yo. Los dos nos miramos y no pudimos evitar reirnos al ver la spintas que llevabamos.

-Qué le vamos a decir a tu sirvienta?- le digo avergonzada ante tal empastre.

-Charly y la fabrica de chocolate nos ha invadido- me dice sarcástico y aún con una sonrisa perversa en la cara.

Por fín era la hora de irnos a cenar al restaurante, y cómo no, no pudimos evitar ducharnos juntos, y una cosa llevó a la otra... Nos vestimos rapidamente, me pusé un pantalón negro corto, con una camiseta de una foto antigua, unas medias negras, y unos tacones de cuña, todo lo cojí de el vestidor, para arriba una chaqueta de lentejuelas, y un sombrerito muy francés.

Jorge se pusó unos pantalónes grises, y una camisa blanca, estaba terriblemnet sexy y más con esa barba de tres días, que hacía que cada roce fuera más expresivo y aspero. Sus ojos grises centelleaban, y el pelo azabache, medio largo le quedaba genial.

Al llegar al restaurante, no dudamos en ir cojidos de la mano, ya que podíamos al no estar con Samantha. Nos sentamos en la mesa que habían reservado, el metre, al ver a Jorge se asustó, y dejó a toda la cola que había, para atender a Jorge que había llegado el ultimo. Era un privilegiado...

Al sentarnos vimos la carta, y me quedé sorprendida al ver los precios tan elevados (400, 600..) lo mínimo era 100, o 5 la botella de agua.

-Me lo pudo permitir, si quieres compramos el restaurante, no es problema, asique deja de poner esa cara, que pareces una pobretona.

-Es que lo soy- le digo con saña

-Primero no lo eres, y segundo menos conmigo.- me dice seco, el antiguo Jorge volvía, y no sabía porque, pero mi respuesta apareció sin yo formularla. Diego y una chica rubia, alta, de ojos color caramelo, con los pomulos bien retocados por cirujía entraban con pasos legeros, y si problemas.

Jorge conmigo era la mejor persona de le mundo, pero cuando había alguien cerca, podía llegar a ser terriblemente distante.

-Hola Diego- le digo en un tono de pocos amigos.

-Hola Martina - me dice amistoso- Jorge - le dice a Jorge con un tono burlón, a lo que Jorge responde ignorándolo y mirando la carta.

La pareja se sientas, y veo como la chica le hace señas a Jorge.

-Perdonad, que maleducado soy, esta es Priscila, la novia de hoy- me dice siempre con un tono cómico, amistoso y satiríco.

-Encantada- le digo con una sonrisa muy simple a Priscila- novia de hoy?- le digo impresionada al recopilar las exactas palabras de Diego

-Un día hay una, otro día otra, tu seguro que lo entiendes- me dice de forma maliciosa, y con unos ojos achinados, fingiendo la maldad que no necesitaba fingir.

aca otro cap. ;D...

LA SIRVIENTA "Novela Jortini♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora