Poemario Eterno de Montes de Oca

Lohú

Un camino con setenta mil salidas.
Ninguna me gusta
Y ninguna soy yo.
Un camino donde no estoy caminando,
Sólo evito quedarme atrás.
Un camino donde no puedo desahogarme con cualquiera,
Porque son los responsables de que me sienta así.
Un camino donde lo que más necesito es de lo que más he carecido: pasos.

La conciencia limpia es una mente vacía y pobre.
Amar esta vida con fines sería serle infiel a mis principios.
El mundo me conduce a no sé donde y no sabe manejar.
El camino termina cuando termino de sacudirme las rodillas.
Ahora me doy cuenta que no estoy entre la espada y la pared,
Soy la maldita pared.

Hay días en los que me siento mal,
Y otros en los que no siento nada.
Un día más sin saber dónde voy.
Ojalá supiera, al menos, hacia donde demonios tengo que ir.
Entre saber a dónde voy o saber por dónde voy, prefiero saber con quién voy.
¿con quién voy?

Me duele no saber vivir,
Me duele intentar aprender.
Los finales felices lo tienen las personas que ni siquiera querían un final.
Este final es tan impredecible y deprimente.
Es tan sencillo que se vuelve aburrido.
Si no tengo mi final feliz, me conformo con un camino feliz.

Alejándome de mis problemas mientras los cargo en mi espalda,
¡y no me basta con eso!
Sino que también los cargo en mi mente.
Con este frío olor a diciembre quemándome la espalda,
Exigiendo un abrazo a las 4:00 P. M. de un martes.
Sintiendo un otoño en mi pecho.
Mis sentimientos se marchitan y me olvido de lo que es amar y ser amado
Yo no tengo problemas, el problema soy yo.

Mi sonrisa es realmente una cicatriz.
Aún se ven las sombras de mis heridas.
En este viaje he aprendido de todo menos a volver.
He aprendido tanto, pero no lo suficiente para ser feliz.
Acordándome de todo pero jamás de sonreír; jamás de mí.
Veo la vida con ojos de lastima y ella me ve riéndose de mí.

Como consejo:
Si alguien te rompe, no se lo hagas saber, pues sabrá cuál es tu punto débil y creeme que se aprovechará las veces que quiera.

- Montes De Oca