Poemario Eterno de Montes de Oca

Ocasio

De ocas tengo llena mi mente,
Que ya no sé qué tanto monte hay en mi corazón.
Mi mayor virtud es pensar que algún día voy a cambiar tanto y lograré perdonarme;
Mientras tanto seré un masoquista de pensamientos,
Un relojero sin muñecas,
Un guerrero sin guerra.
Empezaré a coleccionar historias rotas de gente rota.

He esperado tanto tiempo que me he tornado de cristal,
Y mis pies se volvieron púas
(Yo amaba tocar mis pies).
Y mi paz se encuentra en la arena
(Yo siempre he odiado la playa).
He desperdiciado tanto tiempo que las 9:00 P. M. es muy temprano,
y y tocar fondo ya es tarde.
He tocado tanto fondo que mis manos ya dejaron de tener tacto.
El único contacto que tengo es el que todo este tiempo ha estado tardando.
Intentando entender mis circunstancias,
Pero sin entender la estancia de mis intentos.

Estuve charlando conmigo mismo para saber más acerca de mí.
Llegué a la conclusión de que voy a odiarme de lunes a jueves,
Y los viernes intentaré guardar energías para el lunes.
Hasta que llegue el día martes y vista de color beige,
Para luego recordar que las nubes rosas significan la cantidad de corazones que pudieron amar,
Y que la paz mental también tiene nubes grises.

Dicen que solo uno sabe lo que siente,
Pero ni dos de mí sabrian cómo me siento.
Entré en cientos de dudas y dudo si saldré de aquí.
Me quedo con suturas y las heridas se quedan en mí.
Estoy sanando de a mentira,
Pura hipocresía.
Me miento para no llorar otra vez.
Lamento las penas causadas por no saber lo que quería,
Sobre todo las penas mías
¡Qué pena!
Qué pena, pero yo ya he aprendido a quererme y he entendido esto de perdonar.

Hago las cosas callado para que mi mente no me reclame.
Hago las cosas a ciegas para que mi corazón no se dañe.
Hago las cosas sin saber para que Rori entienda.
Si todos siguieran mis pasos, no habría nadie de pie;
Porque sólo yo puedo conmigo mismo,
Y solo tú puedes contigo mismo.
No puedes estar toda la vida huyendo de las críticas,
Ni te la puedes pasar criticando a quienes huyen de la vida.

- Montes de Oca