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Complementadas por el tintineo de la estación, las luces se encendieron en el set de las noticias de televisión y apareció una delgada mujer negra, de rostro agradable con una blusa blanca y chaqueta verde sentada ante el escritorio y un hombre alto y sonriente que llevaba un traje gris carbón. El logotipo de la estación apareció en la pantalla.

—Aquí la WBAL TV 11, noticias a las 6. Soy Jeff Barns.

—Y yo Alicia Harrison. Buenas noches.

La cámara enfocó a Harrison mientras una foto de un coche de policía en llamas aparecía sobre su hombro izquierdo.

—Los disturbios sacudieron la ciudad ayer por la noche después de que los Raven perdieran contra los Pittsburgh Steeler en las eliminatorias. Ha sido el tercer disturbio desde la Víspera de Año Nuevo y la violencia continúa en aumento. Andrea Gregg tiene más información sobre la historia. –Una sirena cambió de plano a la imagen nocturna de un coche de policía ardiendo. La gente corría delante, sacando fotos y gritando mientras los bomberos trabajaban para apagar las llamas. Las ventanas de la tienda detrás de ellos estaban rotas, los cristales esparcidos por todas partes. Un adolescente estaba pateando una ventana al fondo.

—Por tercera vez en un mes, los residentes de Baltimore han despertado en una ciudad en ruinas.

El sonido de cristales crujiendo al ser arrastrados por el cemento acompañó el cambio de plano. Un hombre mayor, calvo barría los cristales en frente de una tienda.

—Saquearon el lugar —dijo el hombre, identificado por los créditos como Steve Vilnick, propietario de la tienda—. Es la segunda vez este mes. No estoy seguro de si abriremos de nuevo.

Mientras seguía barriendo, la voz de Gregg volvió a sonar.

—Hasta ahora, nadie ha sido gravemente herido en los disturbios, pero el daño a la propiedad alcanza millones. La policía dice que están haciendo todo lo posible para llevar a los responsables ante la justicia, pero los ánimos están empezando a crisparse. Hoy, los residentes de la ciudad mostraron su frustración en una serie de protestas organizadas ante las sedes de la policía.

El plano cambió a una manifestación frente a la fea fachada de uno de los muchos edificios de la policía de Baltimore.

—Ellos no están haciendo lo suficiente —dijo una joven identificada como Jasmine Burke, estudiante—. ¿Qué han hecho para detenerlo? Nada. Están consiguiendo que de noche no puedas salir sin meterte en medio de un campo de batalla.

—¿Para qué les estamos pagando? –Dijo Roy Monroe, empleado de la tienda.

—No han hecho ningún arresto, no han conseguido ninguna pista. Tío, después de que destrozaran la tienda en la que trabajo, tuvimos que cerrar durante una semana, y no me pagaron ese tiempo. ¿Por qué seguimos pagándoles a ellos?

—Estoy preocupado. Por supuesto que estoy preocupado —dijo Bob Smitherman, banquero—. Lugares que siempre han sido seguros en la ciudad ya no lo son y ¿acontecimientos públicos? Después del Año Nuevo, los estoy evitando. Gente demasiado enojada y muy pocos policías.

El plano cambió al jefe de policía de Baltimore.

—Por supuesto, estamos haciendo todo lo posible para detener a los instigadores de estos disturbios, pero necesitamos que el público ayude a restaurar la paz y la seguridad de nuestra ciudad. No podemos ser fuertes cuando estamos divididos.

Una joven con una chaqueta de color azul claro apareció en pantalla con un micrófono. El crédito decía Andrea Gregg, reportera de la WBAL. Un número apareció en la parte inferior de la pantalla.

—La policía está pidiendo que cualquier persona con información o fotos de los manifestantes que destruyen la propiedad llamen a la línea de información. También puede enviar información anónima a www.baltimorepolice.org. Aquí Andrea Gregg, informando para la WBAL TV 11.

DIVIDIR&CONQUISTAR || #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora