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Las mañanas en el soleado pueblo estaban desapareciendo.

El verano estaba quedando atrás y el otoño ya estaba acabando.

Estos meses, Sunoo ha estado adaptando su hogar para tener un lugar cálido a donde llegar, ya que no tiene un alfa que le de un nido o que le de su calor en la noche.

Ha estado saliendo con Riki, pero este no ha mencionado siquiera la palabra "novio" en una conversación madura. Cada vez que un alfa se le acercaba, este les gruñía y reclamaba que Sunoo era su pareja, pero en el momento en que salían de un lugar público soltaba su mano y volvía a comportarse solamente como su amigo.

No había citas románticas, eran citas de amigos en que el alfa solamente tomaba su mano si alguien estaba alrededor. No había flores o dulces, mucho menos besos o marcarlo con su olor.

Sunoo a veces se sentía mal por el simple hecho de que él no soñaba que su relación amorosa con Riki fuera a ser tan fría...

Aun así, algo bonito surgió en estos meses: una amistad con Sunghoon.

El alfa pasaba su tiempo libre en la cafetería, además de que cada mañana a las 7am los dos se encuentran en donde está 'Matilde', con Sunghoon arreglando su bote mientras que Sunoo le lleva café y un almuerzo. 

Sunoo consideraba a Sunghoon como su mejor amigo, siempre lo dejaba en la escuela donde Sunoo trabajaba, además de ir en las tardes a recogerlo, iban a la cafetería donde Sunoo trabaja y Sunghoon se iba a su trabajo. En la noche Sunghoon a veces lo llevaba a cenar o paseaban por la ciudad, y cuando ya era muy tarde, Sunghoon tomaba su mano y lo llevaba a su casa.

Sunoo se encontraba saliendo de su casa con un termo lleno de café y una canasta con un sándwich y frutas. Gaeul corría a su lado y cuando llegaron al tramo donde estaba 'Matilde' Gaeul corrió hacia Sunghoon quien estaba revisando una de las partes laterales del barco, al verlo este acarició su cabeza mientras seguía viendo al barco.

─Buenos días, cereza ─Sunghoon seguía observando el barco.

─Hola, Honnie ─Sunghoon se derritió por el apodo que Sunoo le había puesto semanas atrás.

Sunoo fue a su lado y vio hacia donde Sunghoon veía el barco con el ceño fruncido.

─¿Qué vemos?

─La madera está un poco desgastada del lado de enfrente, tendré que cambiarla.

Sunoo suspiró.

Sabía que Sunghoon no quería quitar la madera original porque era donde estaba la letra de su abuela.

─Podemos conservarla en algún lugar.

Las mejillas de Sunghoon se calentaron y su corazón aceleró al escuchar ese "podemos" por parte de Sunoo, como si lo considerara para su futuro.

─C-creo que sí, cereza. Ahora, ¿qué vamos a desayunar? ─tomó los hombros de Sunoo y lo vio a los ojos.

Este le sonrió y se sentaron a desayunar en una manta que trajo Sunoo.

Hacía un poco de frío y el gran suéter de Sunoo lo mantenía cálido, pero Sunghoon vio que el omega temblaba un poquito.

Tomó a Sunoo y lo puso en su regazo, con Sunoo escondiendo su cabeza en el cuello de Sunghoon. 

Sunghoon era calientito para Sunoo.

─¿Qué harás hoy? 

─Haremos decoraciones de navidad para el salón ─Sunoo sonrió y Sunghoon sintió reír.

─Puedo acompañarte a comprar materiales, cereza, pero no creo que resalten en tu salón ─Sunoo lo vio confundido.

─¿Por qué, Honnie? 

─Porque tú siempre serás los más bonito en tu salón ─dijo con un tono coqueto en su voz.

Las mejillas de Sunoo enrojecieron y su dulce risa se hizo presente haciendo sonreír a Sunghoon.

Uno de los brazos de Sunghoon rodeaban los hombros de Sunoo y lo mantenían cerca y cálido, pues el suéter que usaba el omega posiblemente no lo calentaba lo suficiente.

Iban conversando acerca de sus planes de la semana hasta que llegaron a la escuela donde Sunoo entró rápido a su salón, colocando en su escritorio su mochila y las decoraciones que había comprado. En unos segundos entró Sunghoon, quien tenía los libros de Sunoo y los cuadernos de los pequeños cachorros que tomaban clase con Sunoo.

Era normal ver a Sunghoon en la escuela acompañando a Sunoo, no era exactamente una escuela grande pero era linda, con varias imperfecciones que amablemente Sunghoon se había ofrecido a arreglar. Los alumnos conocían a Sunghoon y lo consideraban el alfa de su dulce maestro, con los recurrentes comentarios de sus alumnos Sunoo reía y sentía como su cara se calentaba poco a poco, pero no les dio importancia, especialmente porque él sabía que Sunghoon no le veía de esa manera.

Posiblemente le coqueteaba, pero él presentía que eso podía ser por la natural actitud coqueta que tenía el alfa, quien recurrentemente hacía sonrojar al dulce omega. 

Sus alumnos entraron poco a poco, sus padres los dejaban en su salón y saludaban al omega y al alfa quienes recibían amablemente a todos los alumnos.

Faltaban dos minutos para que la clase empezara cuando llega Mina corriendo con su cachorra Yuna en brazos. 

La pelirroja omega se veía cansada y un poco desaliñada pero era una de las mujeres más bellas que Sunoo había conocido en su vida, además de ser una omega trabajadora y amable.

─¡Dios, maestro Sunoo! Una disculpa por la tardanza, tenía turno en el hospital y dormimos muy poco ─Sunoo le sonrió amablemente y dejó que Yuna entrara tranquila al salón.

─Tú sabes que no hay problema, Mina ─la bella mujer le sonrió y le dio un beso en la mejilla a sus cachorra para después abandonar el lugar sin olvidar despedirse de Sunoo y Sunghoon.

Sunoo vio curioso a Sunghoon quien solamente jugaba con un extremo del suave suéter del omega.

─Deberías invitar a salir a Mina, Honnie. No te vendría mal una cita ─acompañó a Sunghoon a la puerta del salón y le dio un abrazo de despedida ya que Sunoo tenía que empezar su clase y Sunghoon regresar al muelle.

¡Esos peces no se atraparían solos!

¡Y esos cachorros no aprenderían como deletrear sus nombres completos solos!

Sunghoon negó con la cabeza y rió, pero vió serio a Sunoo.

─No quiero citas con otros omegas, Sunoo.

─¿Por qué? Nunca me haz contado algo acerca de un amor fallido o algo por el estilo.

Algo dentro del corazón del omega se encogió un poco al pensar que Sunghoon tenía un amor pasado que lo seguía aprisionando, no sabía si era porque no quería ver a Sunghoon triste o por alguna otra razón...

─Porque estás tú, cerecita ─le guiñó un ojo juguetón, y sin más comentarios dejó un beso en la mano de Sunoo y se volteó para irse a su trabajo─. Nos vemos a las 3pm, Sunoo. 

Sunoo se quedó en ese lugar sonrojado y un poco emocionado.

Aunque él sabía que no era correcto.

Él salía con Riki, y si iba a "romper" con él, entonces quiere afirmaciones directas de Sunghoon, no solo comentarios lindos al azar que lo hicieran sonrojar. A veces el omega no sabía cómo diferenciar los comentarios coquetos que el alfa le soltaba, y no podía culparlo, nunca algún alfa lo había pretendido o mostrado interés en él de la forma en que Sunghoon solo jugueteaba,  y eso lo frustraba porque lo llegaba a confundir.

꒰ L'oceano e le torte ៸៸  sᴜɴɢsᴜɴ ᵃᵈᵃᵖᵗ •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora