🌊 ፧ 𝗱𝗶𝗲𝘇 • ✦⁾

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La delicada copia de La Mujer Comestible de segunda mano que Sunoo había conseguido en un mercado descansaba en sus manos, con Sunoo cambiando de página cuando era necesario y regresando de vez en cuando a pegar post its de colores a ciertas partes.

Estaba nervioso.

Trataba de centrarse en su libro, pero el pensamiento de lo que había sucedido días atrás lo hacía perder la cabeza.

Su situación con Sunghoon ya no era confusa, los sentimientos estaban expuestos en la mesa y las flores que Sunghoon le daba cada mañana querían decir que su cortejo había comenzado, y Sunoo adoraba eso.

El sentimiento de tener a alguien para él, que él es el sueño de una persona.

Pero aún queda un asunto pendiente que debió de haber acabado con este desde hace mucho tiempo, incluso desde antes que su noche especial con Sunghoon en que lo ayudó en su celo.

Los golpes en su puerta lo hicieron salir de su trance y recordar lo que debía de hacer.

Al abrirla encontró a un Riki sonriente con sus manos en sus bolsillos.

─Hola, Sunoo, vine en cuanto me llamaste ─el alfa entró a la casa y pasó directo a la cocina─. ¡Uy! Veo que cocinaste esas deliciosas galletas de plátano qué haces ─robó una de estas y la llevó a su boca─. ¿De qué querías hablar? 

Sunoo pasó sus manos sudorosas por su delicado sueter de algodón que cubría su cuerpo, los nervios lo carcomían.

Se sentía culpable por el simple hecho de haberse tomado sus libertades con Sunghoon sin antes haber terminado lo que sea que tenía con Riki.

─Tenemos que t-terminar lo que sea que tengamos, Riki.

Riki lo vio incrédulo.

─¿Qué? 

─Encontré a mi alfa, y él me está cortejando.

Riki dejó la galleta que comía y vio con detenimiento la casa del omega, viendo tres ramos de flores, uno en la mesa principal, otro en la mesa de noche y otro en la cocina.

─Y-yo... Wow ─Riki rió nervioso.

Sunoo lo vio incómodo.

Toda la situación era incómoda y el ambiente se podía cortar con un cuchillo para la mantequilla.

─Riki, y-yo...

─No, Sunoo. Mira yo sé que encontrar a tu pareja es importante, y no tienes porqué darme explicaciones, acepto que fui un mal alfa para ti ─admitió apenado.

Sunoo se acercó a Riki quien se había sentado en el suave sofá de Sunoo.

─Nishimura, no eres un mal alfa... Pero admito que a veces me hacías sentir como... Como un trofeo ─murmuró.

Riki tomó la mano de Sunoo.

─N-no eres un trofeo, eres una gran persona, Sunoo, pero no tengo idea de cómo tratar a un omega. S-simplemente no tengo idea de cómo cortejarlo o hacerlo sentir bien, o… ─Riki empezaba a alterarse asustando un poco a Sunoo quien solo tomó su mano y la acarició hasta que el alfa se calmó.

Las feromonas de enojo de Riki apestaron el departamento, además de que la frustración y miedo de Sunoo era notable.

─Lo harás algún día, solamente creo que son acciones que nacen cuando conoces a la persona adecuada.

─¿Quién es tu persona adecuada, Sunoo? ─el balde de agua fría despertó a Sunoo quien se dio cuenta que esto podría causar un problema.

─Sunghoon.

─¿Sunghoon? ¿Park Sunghoon? ¡No, Sunoo!

Riki se levantó y asustó a Sunoo quien se fue al otro extremo de la habitación.

─¿P-por qué no, Riki? Él es un buen alfa.

─Él no es un buen alfa, es un alcohólico sin idea de qué hará con su vida, no te merece, Sunoo.

Sunoo enfureció por ese comentario.

─¡Sunghoon es un excelente alfa! Nos amamos, y pudo haber tenido su pasado, pero lo que me demuestra ahora es lo que me importa. No aceptaré que hables mal de él, o pienses en intentar tomar una decisión que es mía.

─No estoy tomando una decisión, Sunoo. Solo te estoy advirtiendo acerca de lo que te espera con Sunghoon, te espera una persona inestable y que nunca te dará lo que necesitas.

Los golpes en la puerta detuvieron su discusión.

El aroma de enojo de Riki permanecía en el lugar asustando a Sunoo, quien rápido se acercó a abrir la puerta, encontrándose con Sunghoon con un ramo de margaritas en sus manos.

Como siempre, su cabello se veía suave y su sonrisa linda deslumbraba.

─Hola, cerecita.

─Hola, Hoon... Y-yo ahora no puedo hablar ─el olor a miedo en Sunoo alertó al alfa de Sunghoon, quien tomó la delicada mano de Sunoo y lo acercó a él.

─¿Qué sucede? 

─Sucede que le explico a Sunoo como tú no eres una buena opción para ser su alfa.

La voz de Riki llamó la atención de Sunghoon y su agarre se hizo más firme, sin querer soltar a su omega.

─¿De qué estás hablando, Nishimura? 

─Que tú nunca le darás estabilidad a Sunoo, nunca le darás lo que él desea. Eres un desastre, Sunghoon, y no mereces a Sunoo.

Sunghoon gruñó cuando Riki se acercaba a ellos.

─Riki, no te entrometas en esto ─añadió un Sunoo enojado.

─Solo te estoy advirtiendo, dulce Sunoo, Sunghoon nunca dejará de ser un alcohólico, manipulador y arrogante, nunca podrá darte lo que mereces ─todas sus palabras fueron dichas con veneno y frialdad en su voz, sus ojos veían directamente a Sunghoon, quien sintió la traición por parte de su primo.

Lo peor de todo, es que era verdad que se había comportado de esa forma en el pasado, que sus acciones no parecían ser suyas, él jamás engañaría o robaría por estar bajo las influencias del alcohol, pero sí lo hizo, destruyó lo que tenía en su pueblo natal por su infinito amor al whisky. 

La diferencia es que ahora reconoce sus errores, reconoce que no estuvo bien refugiarse en el alcohol, que lastimó a demasiadas personas por tener Jack Daniel's en su organismos, o mejor dicho, por haber tomado la decisión de consumirlo. Reconoce que prefiere llegar a un lindo hogar con comida caliente que llegar a una casa oscura, que no podía pagar por sus deudas y con solamente cervezas en él refrigerador.

Sunghoon veía como Riki salía de su campo de visión. Con su semblante destruido vio a Sunoo, quien lucía enojado.

─Sunoo, yo puedo explicarte. Si quieres alejarte de mi después de esto... Y-yo lo aceptaré, cerecita. 

Sunoo tomó la mano de Sunghoon y lo adentró a la casa, cerró la puerta y los protegió del frío viento que estaba afuera.

Sin dejar a Sunghoon continuar, lo abrazó.

Le dio un abrazo acogedor y cálido.

─Sunghoon, todos cometemos errores, nadie es perfecto, pero quiero que me prometas... ─Sunoo vio a los ojos de Sunghoon con todo el valor del mundo─. Que no volverás a caer, y si caes hablemos y resolvamos esto juntos. 

Sunghoon acarició la cara de su omega y depositó un suave beso en sus labios.

─Te lo prometo, te prometo que yo nunca seré ese alfa otra vez. Que nunca seré un imbécil, irresponsable, y lucharé cada día de mi vida para darte lo que mereces, omega mío.

Sunoo le devolvió el beso y viéndose fijamente a los ojos los dos sonrieron.

Las promesas a veces pueden romperse, pero Sunghoon nunca rompió esta, nunca volvió a sentir una botella de alcohol entre sus labios, todo esto por Sunoo, por su madre, por su padre, y para demostrarle a los demás que sí podía, pero principalmente por él mismo.

꒰ L'oceano e le torte ៸៸  sᴜɴɢsᴜɴ ᵃᵈᵃᵖᵗ •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora