Bodyguard

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Las primeras nevadas estaba callendo y acumulándose poco a poco sobre la fría ciudad de Shizuoka, la noche había caído hacia ya varios minutos inundando el lugar con la oscuridad, oscuridad contrastada gracias a las miles de luces de los varios edificios y casas de la ciudad, las personas iban saliendo del trabajo, otras iban entrando y otros estaban llendo a divertirse a los bares o karaoke que podría haber, ignorando el peligro y futura guerra que se avecina a pocos meses.

Eran mediados de diciembre, y él frío era cada día más palpable, al igual que la tensión que había en el ambiente, en todos lados donde estaba lo podía sentir, su padre y hermano se estaban preparando para para la guerra que se libraría en abril o eso tenía entendido.

Para distraer su cabeza de todo pensamiento que le pudiera preocupar y/o molestar, Fuyumi se dedicaba a incrementar su rutina, corregía las tareas de sus alumnos, trataba de estar más tiempo en el colegio, cocinaba, daba maratones de sus dramas favoritos acompañados con cualquier sabor de helado que habría en la casa. Todo con tal de tratar de huir de los nervios que le generaba la vida.

Había salido de una reunión con el comité estudiantil, la junta se había alargado más de lo que necesitaban y ahora tenía que estar en medio de todo el tumulto de gente. Eran más o menos las ocho y tantos minutos, y él frío viento invernal inundaba las calles de la ciudad, al igual que los pensamientos de añoranza en su cabeza sobre cierta persona.

Extrañaba a Keigo, hacia ya casi mes y medio que no tenía contacto con él, ni por mensaje, carta o mail, menos en persona.
No sabía dónde estaba o que hacía, la última conversación que tuvieron fue por una llamada desde un número desconocido, se disculpó y le pidió que se olvide de ella, después de eso corto todo contacto con ella y eso le preocupaba.

-¿En donde estás Keigo?.- Se preguntó por dentro, sabiendo que jamás tendría una respuesta.

La fría nieve caía sobre su cuerpo y  junto a la multitud de personas de la ciudad era lo único que sus ojos podrían visualizar. Pero por el rabillo de sus ojos noto como algo se acercaba.

Vio como unas pequeñas plumas rojos llendo hacia ella rozando suavemente su rostro y ropas para volver a alejarse, esa accion fue corto por no decir minusculo pero para ella, eso le fue suficientemente para calmarla, Fuyumi reconoció rápidamente esas pequeñas plumas, eran de él, y eso solo significaba una cosa, que estaba bien y todavía estába en dentro de la zona.

-¿Estas ahí Keigo?

Él estaba ahí, lo sabí y lo sentía. Y ahora se sentía más tranquila. Sea donde sea que esté, ella sabe que él está ahí.



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Link del fanart de este capítulo:

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Huwumi Week [2022]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora