BonusDay/Free day

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Kiss

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Sus momentos romantico o siquiera el estae juntos habían sido cortos, fugaces y prácticamente nulos en los últimos años. Apenas sí podían estar juntos y como intento de pareja que querían ser les fallaba, ambos se hacían falta mutuamente pero la escasez de tiempo producto por su trabajo les era imposible. Hacía ya un año que se habían pasado por la guerra y el mundo y Japón se estaba recuperando y reacomodando, la guerra contra la ShigarakiOFA había roto a toda la estructura de la sociedad y era su deber, como héroe y parcialmente causante de todo arreglarlo.

Se sentía culpable, culpable de poner por encima a su trabajo que su relación, culpable por el tener que ilusionar a aquel hermoso ángel que tenía de novia de que algún día podrían tener una vida de pareja medianamente normal.

-Aish, ¿Qué estoy haciendo?,- Apretó el puente de su nariz. Keigo sobrevolaba la ciudad de Shizuoka admirando la ciudad y la calma que tenía, no hubo algún crímen o disturbio en el día, estuvo todo muy tranquilo, demasiado para ser honesto y sí, siempre quiso que los héroes pudieran tener todo elź tiempo libre y poder vivir sin preocupaciones pero Keigo creía que jamás se acostumbraría a ese estilo nuevo de vida, si es que a eso le podrían llamar así.
Sintió como su bolsillo vibraba. Sin ver sacó su teléfono celular, era una llamada de Mirko-. ¿Qué sucede Mirko?

-¿Seguis vivo? Si es así. Con Ryuko, Fatgum y los Lurkers iremos a beber algo. ¿Queres unirte?-. La entusiasta voz de la morena lo aturdio por completo.- Se que estas ocupado y todo eso pero es sábado en la noche, todos estamos libres y no hay a quien arrestar, ademas estuvimos trabajando mucho, nos merecemos un descanso al menos, ¿Vienes?

La propuesta era tentadora, no le bendria mal unas cervezas, juntarse con los pocos amigos que le quedaban y descargar sus penas en todos juntos, sin duda que lo quería, pero por más que quisiera aceptar él sabía que no podría hacerlo. Quería al menos hoy llegar temprano y comer junto a Fuyumi, aunque sea unas sopas ramen, pero quería hacerlo con ella.

-Lo siento Rumi. En otra ocacion será-. Contestó visualizando su departamento.

-Burh, que aburrido pero si lo decis así no hay nada que pueda hace. Suerte con tu novia-. Su amiga colgó sin dejarlo contestar. ¿Tan simple era que adivino que quería estar con Fuyumi?

Llegó al gran edificio, con cuidado entró por el gran ventanal que daba a su habitación, aterrizó en el balcón habiendo el vidrio sin tratar de hacer tanto ruido en el proceso no sabía si ella estaba dentro o había salido y por seguridad prefirió evitar el provocar el ruido. Se sentó por un minuto en la gran cama matrimonial y desprendió sus alas para mayor comodidad.
Dirigiéndose al armario agarró el conjunto que usaba siempre dentó de la casa, un simple pantalón suelto y un remeron aun más simple color marrón.

El ruido de la puerta principal abriéndose lo alertó pero el sonar de una dulce melodía llegando a sus oídos evito que saliera disparado. Fuyumi había llegado.
Salió con cuidado de la habitación, se dirigió hacía de donde venía el tarareo, en en comedor vio que las cosas que ella usaba para impartir clases. El rubio dirigio su mirana dorada hacia a la cocina y la pudo ver, tan hermosa y brillante como siempre, su hermoso pelo blanco como la nieve veteado con destellos rojos le caía por debajo de los hombros, su esplendida fugura se veía muy bien pese a la ropa olgada que llevaba sobre sí, ella se movía suavemente por toda la mesada como si estuviera buscando algo.

Keigo dudó en hablar. Pero al final sí lo hizo.

-¿Te ayudo en algo?-. Preguntó dándole un sobresaltó a la fémina-, perdón, no quería asustarte.

-Oh Keigo, no sabía que estabas acá. No vi tus zapatos en la entrada-. Fuyumi se dio la vuelta, apoyando sus manos sobre la fría mesada color beige.

-Es que entré por la habitación.

-Ah. Bueno en diez empeizo con la cena-.

Fuyumi volvió a darse la vuelta, se lavó sus manos dejando expuesta su espalda, y por mas que Keigo se resistirá no pudo con sus impulsos termiando abrazándola, envolviendo sus brazos sobre su fina cintura. Fuyumi soltó un quejido de sorpesa.

-¿Y- por qué hiciste eso?-. Artículo la mujer Todoroki al sentir el cálido aliento del rubio sobre su cuello de por sí frío. Había olvidado como le encantaba que hiciera eso.

-No pude resistirme. Necesitaba hacerlo-. Keigo movió su cuello acomodandolo entre el espacio de la cabeza y el hombro derecho de ella-, necesitaba hacerlo Fuyumi, te necesito y te extraño y se que es mi culpa que pase todo esto y te pido perdón aunque se que no las merezco.

-No digas esas cosas. No tenes que culparte,- Ella hizo una pausa-, para nada, entiendo lo que pasas y no te culpo-. La albina reposo su cabeza sobra la cabeza de Keigo, acariciando sus cabellos rubios dorados-. Entiendo lo que pasas, y me duele el no poder hacer mucho más que darte unas simples palabras de apoyocomp n, me pasa igual con mi padre y hermano.

Se quedaron en la misma posición disfrutando se la compañía del otro, con la sensación de tranquilidad que solo se genera cuando por fin estas con aquella persona.

Él se separó del frío cuerpo de ella alertandola que se dío vuelta para ver por qué se había movido, pero se llevó una sorpresa al sentir como Keigo la volvía a habrazar pero esta vez por la cintura pegando más sus cuerpos, dorado y turqueza chocaron entre sí, rebosantes de amor y porqué no algo de dulce pero notoria pasion, y en un rápido movimiento Keigo capturó los tiernos y carnosos labios de la oji turqueza con un beso, la sorpresa que sintio ella duró poco pues Fuyumi no lo negó y le correspondió siguiéndole el juego.

El beso que empezó de manera tierna y suave poco a poco fue incrementando la velocidad, sus lenguas se chocaron empezando una batalla dentro de sus bocas. Se dejaron llevar.
Sin despegar sus cuerpos las manos del rubio bajaron hasta las redondas caderas de Fuyumi, y rápidamente la levantó del suelo y por reflejo ella cruzó sus pies por detrás de las nalgas de él, juntándose aún más de lo que creían.

Hubieran seguido así pero la inminente necesidad de oxígeno en sus cuerpos los obligó a romper el beso. Sus respiraciones eran entrecortadas, erráticas y pesadas. Sentían como muy lentamente el calor iba subiendo en sus cuerpos.

-¿Por qué?-. Murmuró ella.

-Porque te amo. Fuyumi, yo.. eh... no-. Trataba de buscar las palabras correctas pero esta vez fue Fuyumi quien conecto sus labios con un corto beso.

-Te dije que no digas nada.

Fuyumi fijó sus orbes turqueza en Keigo y le dio una leve sonrisa.
Nuevamente juntaron sus bocas disfrutando de su hermoso momento.

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Fanart del capítulo

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Huwumi Week [2022]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora