OPERA

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El telón se había abierto, la orquesta tocaba y la voz de la actriz sonaba por todo el teatro, el coro la acompañaba en pocas ocasiones, otorgándole grandeza a la voz tan impresionante.

Italia solo podía ponerse nerviosa por tantas miradas sobre ella. Intentaba concentrarse todo lo posible en la canción, quería realizar cada paso a la perfección. El milagro de que Francia la aceptara para practicar en la obra —como su protagonista—, había sido todo un logro para ella.

Esto debía ser perfecto, ella era el foco de atención; cada country con vida se encontraría allí. Mientras el coro cantaba ella buscaba en su mente la siguiente letra, el siguiente movimiento, la siguiente expresión.

Practicar su francés para la ocasión, sin duda había sido el verdadero infierno. Francia no aceptaba el mínimo error, su pronunciación y entendimiento debía ser perfecto, desenvolverse con delicadeza en cada palabra: "Pareces un perruche cantando y tu gracia es la de un porc intentando bailar, es más, él lo haría mejor que tú, ellos podrían armar un dueto y tu seguirías en segundo lugar", "No es lemuj, es l'amour, notas ¿la diferencia?", "Espero que estes segura de lo que haces, si te muevas mucho o haces un movimiento incorrecto el vestido se romperá". No la culpaba de sus palabras, de seguro estaba demasiado estresada por organizar tal evento y sus fallas solo ayudaron a aumentarlos más.

Mas de una vez había querido renunciar, pero al escuchar el entusiasmo de España por verla actuar le emociono a tal punto que olvido que era un cerdo-perico y se decidió por vencer a su maestra solo por escuchar un acento con demasiadas sh o ch. No lo entendía bien.

Con la mirada en el público busco a un country en especial, un poco alto, de pelo rojizo y ojos color avellana. Su sonrisa coqueta y parche en el ojo derecho lo hacían increíblemente atractivo, su miedo de que no estuviera solo aumentaba una ansiedad horrible; saber que rompería su promesa de asistir solo destrozaría su alma.

Poco a poco el acto llegaba a su fin conjunto a sus esperanzas. Su escena termino y entro Reino Unido caracterizado mientras ella salía por una puertecilla escondida. En bambalinas todos le felicitaron por su actuación, pero su desanimo por no ver al español apagaba todo su orgullo.

Solo le quedo esperar que la obra terminara para poder cenar en la fiesta de bienvenida.

(...)

Los estruendosos aplausos resonaron por todo el teatro, incluso algunos se habían levantado, jamás pensó que todos ellos lograrían algo así. Por una vez en la noche pudo olvidar al español y fijarse en lo que había logrado. Todo el tiempo en que se estaba casi matando parecía florecer al fin.

Quería llorar de la emoción, y no lo dudo, aunque detrás de bambalinas; frente al público solo pudo inclinarse y saludar. Sin duda una sensación que jamás se olvidaba.

En los camerinos alguien le abrazo y fue la persona que menos espero, Francia...

Su mirada era conmovedora, sin duda cansada pero más allá parecía que realmente no lo había echo mal.

—Muy bien, ma perruche, sin duda mejoraste bastante —aunque quisiera disimularlo, la actuación de Italia le impresionó más de lo que pensó.

—¡Hey! ¡Francia! Eso no es justo, todos nosotros también nos esforzamos y no nos abrazas —se quejó Grecia con varios murmullos a sus espaldas.

—Ella no ha actuado por mas de un siglo Grecia, tu si y, es más, me decepcionó tu ultima actuación, esperaba mas de ti como gitano —unas cuantas risas se escucharon en el fondo y Grecia aparto la mirada avergonzada, justo en su orgullo—. Muy bien, Italie, quería invitarte conjunto a mi esposo a le cena de esta noche, nos gustaría presentarte oficialmente como miembro del este pequeño club de teatro.

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