Ich werde mich inbrünstig danach sehnen, bis wir uns wiedersehen= Lo anhelaré fervientemente hasta que nos volvamos a encontrar
Me gusta mucho este ship y no hay material suficiente de él, ni aqui ni en Ao3.
Esto es bastante corto pero que sirva como señal de vida.
Las fiestas austriacas siempre son un deleite, llenas de velas que alumbraban hasta el último centímetro reflejando el oro y prosperidad del reino. La comida son los manjares más exóticos y la orquesta más habilidosa. Era obvio que no debían envidiarle nada al Imperio Ruso al organizarlas.
Esta vez la celebración no se trataba más que el aniversario de bodas de los emperadores, su regocijo era notorio saludando a cada invitado que se topaban. Sonrisas y felicitaciones llovían a montones, sin olvidar los costosos regalos, que si el carruaje, que si el vestido, ¡ay! Los perros de mil raza que solo conocerán los santos.
Todos estaban tan concentrados que gracias a Dios un invitado había logrado pasar desapercibido hasta el momento, exactamente, el Gran Imperio Alemán. No es que fuera fan de estas festividades, pero solo tenía tres grandes motivos para ir a la celebración.
1) Nunca rechazaba comida y bebida que él no pagara.
2) y 3) Era por el hermoso y magnifico heredero del imperio.
¡Bendito quien lo apreciara! ¡Dios debía haberlo bendecido personalmente! Cada vez que lo veía solo podía caer ante él.
Podría parecer acosador porque no le quitaba ni un segundo su mirada. En la recepción, en el discurso, en el tiempo de espera, en la comida y ahora unos segundos antes del baile. Si tan solo fuera más valiente le pediría que fuera su pareja el resto de la noche.
—Creo que no le agradas nada, solo míralo —susurró Austria a su hermano—. Te mata solo con su mirada.
—¿Sigue viéndonos? —expresó temeroso el austrohúngaro, tapándose el rostro con una mano.
—Es más que obvio, ni siquiera a parpadeado, ¿Se guro que no le has hecho nada?
—¡No! —gritó entre susurros—. Lo único que he hecho ha sido saludarlo en la entrada y decirle que le quedaba muy bien su nuevo traje ¿Debí haber dicho algo mal?
—Quien sabe, los alemanes son muy raros —respondió rápidamente su hermana—. Oh, Dios.
—¿Ahora que paso?
—Gute Nacht, lass uns tanzen.
La voz atronadora le llenó de escalofríos, podía sentir como gotas de sudor frio bajaban de su nuca. El silencio incomodo de su nula respuesta era peor. Podía sentir esos fríos ojos quemándole la cabeza, ya imaginaba como lo podría estar matando e insultando de mil maneras; estresado apretó con fuerza la copa de vino entre sus manos.
Tomo aire y contó hasta tres para... Encarar a un sujeto como tres cabezas más alto que él y que fácilmente podría noquearlo de una cachetada, quiso llorar cuando vio a su hermana alejarse disimuladamente, traicionándolo.
El hombre frente a él vestía completamente de negro, parecía querer ir a un funeral, su funeral. Podía ver que tenía varias condecoraciones militares y sus afilados colmillos le otorgaban una sonrisa tétrica. No era diestro con el alemán. "Que alguien me ayude", fue lo que grito mentalmente.
—Me gusta como se ha arreglado esta noche Fürst —gritó sin pudor el káiser ganándose miradas extrañas—. Quería agradecerle las atenciones que me ofreció en la entrada, pero no pude corresponderle porque me vi obligado a saludar a viejos amigos.
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Pequeñas Ideas
RandomPequeños One-shots de countryhumans que tendré que escribir con exceso de cafeína