"It's a new day beginning
But there's a piece of me clinging
To all the memories and episodes"Kodaline
3. No mas ganas.
Octubre 3, España.
¿Cuánto tendrá que pasar para dejar de odiar al que quedó tras el accidente?
Pasaron casi siete dolorosos meses y no hago más que detestar lo que soy: Una persona débil que no tiene ni la cuarta parte de lo que ha ganado en su vida. No tiene equipo, no tiene un sueño, no tiene amigos, no tiene... a su padre.
Lo único que tengo son muchas cicatrices por mi cuerpo, dolor en la rodilla y muchas, pero muchas, miradas de compasión. Y ni hablar de los miles consejos motivacionales, que lo único que logran es que quiera aplicar el método de Van Gogh, con la diferencia que yo me arrancaría las dos orejas completas.
Hace cinco meses salí del hospital, tras estar dos meses encerrado en una aburrida habitación blanca, mirando la fría pared, mirando como todo lo que solía ser se escapaba. Desde entonces, aguanto una intensa rehabilitación. Meses esforzándome para sanar, meses soportando un sinfín de mensajes motivacionales, que lo único que logran es irritarme más de lo que estoy.
Los primeros días de rehabilitación fueron cansadores, me costaba cada ejercicio y apenas podía levantarme de la cama sin que me doliera la rodilla, pero, aun así, me ilusionaron de la manera más descarada posible, diciéndome que mi cuerpo de atleta respondería rápido a la fisioterapia. Como a un niño que le obsequian un caramelo para mantenerlo tranquilo me entregaron un bastón, diciendo que iba bien, que lo hacía perfecto.
¿Cuál fue la necesidad de mentirme?
Creí que estaba a punto de lograrlo, creí que recuperaría mi vida, eso me dijeron, pero ¿De qué me sirvió todo el esfuerzo?
¡De absolutamente nada!
Me mostraron la meta final, pero en el último kilómetro me cortaron las piernas.
Las palabras del doctor fueron claras «Lamentablemente, el fútbol y cualquier otro deporte físico, queda descartado».
Está claro que no me tomé de la mejor manera aquella noticia. Literalmente, me levanté de la silla y salí de ahí.
—Gonza, deja de actuar así —reclama mi tío Félix, siguiéndome por las calles.
—Gonzalo —corrijo—. Y no estoy actuando de ninguna manera —agrego, sin dejar de caminar.
—Te dolerá la pierna —replica.
—Estoy bien —respondo con seguridad, perdiendo la paciencia—. Ese doctor no sabe lo que dice, buscaré otro.
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Casualmente Destinados #1
Romance𝑨𝒏𝒅 𝑰 𝒅𝒐𝒏'𝒕 𝒘𝒂𝒏𝒕 𝒕𝒉𝒆 𝒘𝒐𝒓𝒍𝒅 𝒕𝒐 𝒔𝒆𝒆 𝒎𝒆 '𝑪𝒂𝒖𝒔𝒆 𝑰 𝒅𝒐𝒏'𝒕 𝒕𝒉𝒊𝒏𝒌 𝒕𝒉𝒂𝒕 𝒕𝒉𝒆𝒚'𝒅 𝒖𝒏𝒅𝒆𝒓𝒔𝒕𝒂𝒏𝒅 𝑾𝒉𝒆𝒏 𝒆𝒗𝒆𝒓𝒚𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈'𝒔 𝒎𝒂𝒅𝒆 𝒕𝒐 𝒃𝒆 𝒃𝒓𝒐𝒌𝒆𝒏 𝑰 𝒋𝒖𝒔𝒕 𝒘𝒂𝒏𝒕 𝒚𝒐𝒖 𝒕𝒐 𝒌𝒏𝒐𝒘...