Introducción

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PRIMERA PARTE:  Volver a nacer. 

"No sé vivir sin cansancio, sin dormir, no sé porqué la noche odia mi sueño y lo combate"

-Julio Cortázar






"21 de Marzo, el día en que lo cambió todo".

España, 05:15 p.m.

—Hace lo que mejor sabes hacer. —Las palabras de su papá hacen eco en su cabeza—. Viví ese partido como si fuera él último.

El adolescente se ajusta bien la venda que cubre su rodilla y empieza a calentar en el lateral de la cancha mientras sus compañeros ya están jugando.

—Es primavera, llena ese arco de goles como un lapacho llena de colores cualquier lugar gris.

Una media sonrisa aparece en su rostro al pensar en la última frase que le dijo antes de entrar a la cancha. Su papá es ultra fan de soltar frases donde metía a la primavera, siempre es protagonista de sus consejos motivacionales y mensajes de aliento. Un día Gonzalo le preguntó porque era tan especial, pero su progenitor solo se encogió de hombros.

Si bien para muchos suele ser la estación favorita, pues en películas se muestra como es una época de renacimientos y alegrías y optimismo; él nunca llegó a comprender que tenía de especial y es que a Gonzalo Álvarez siempre le dio igual. Él nunca se frenó a pensar en lo que podría significar esta estación. No la espera, no la vive. La da por sentada porque no le afecta en nada. Nunca comprendió porque grandes escritores decidían describirla como lo mejor. Él nunca pudo ver lo que muchos sí.

¿Qué se puede esperar de un chico como él? ¿Qué cambió apreciaría alguien que vive cada día del año como si fuera primavera?

Un silbato se escucha en aquella cancha, una de las más conocidas de la ciudad de España, y lo saca de sus pensamientos y vuelve a plantarlo en tierra. Hasta hace unos minutos, el partido, la final donde muchos, incluso él, se juegan un lugar en el ámbito profesional; iba a favor del equipo contrario al protagonista, pero ni el entrenador, ni el equipo, ni él están preocupados.

Su entrenador le enseña las jugadas planteadas, Gonzalo lo escucha atentamente, mirando a su padre en las gradas, quien levanta un puño en señal de aliento.

—Hace lo mejor que sabes —le ordena su entrenador.

Ingresa a la cancha, procurando que en su rostro no exista un ápice de inseguridad que pueda aumentar el ego del rival. Y es que tal vez estén perdiendo, pero su equipo recién ahora usará su arma secreta. Recién ahora lo usan a él.

Quienes lo fueron a alentar, festejan; pero a los rivales se le borra la sonrisa. Y es que si hay algo que este chico hace bien es jugar al futbol, hace magia cada vez que toca la pelota y lo que pueden verlo sólo piensan una cosa «Este chico lo tiene todo».

Mientras el árbitro se prepara para reanudar el partido, Gonzalo observa un lapacho a la lejanía. Nunca precisó de las flores para sentirse inspirado. Para él, no importaba que estación fuera, siempre daría todo para cumplir sus sueños.

Casualmente Destinados #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora