Capitulo IV

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"Now I've grown up, now I know that when I'm tryna be myself it isn't so simple"

O.D.D. -Hey Violet

4. Detrás de la perfección.

Lucho contra la tentación de morderme las uñas, aunque ya ni siquiera puedo decir que son uñas, pero fallo de nuevo

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Lucho contra la tentación de morderme las uñas, aunque ya ni siquiera puedo decir que son uñas, pero fallo de nuevo. Cuando el profesor empieza a entregar los exámenes, arruino aun más la imagen de mis manos. No me saco sangre de milagro, el profesor me salva de ello al decir mi nombre.

Pero en realidad no me salva nada, porque la ansiedad no se desprende de mi cuerpo, se aferra a mi como un parásito al lomo de una ballena.

Mi rostro se pinta de preocupación, de miedo, sin poder creer aquel seis cincuenta en la parte de superior de mi examen. Mis notas nunca bajaron de nueve, incluso en los trabajos menos importantes, y ahora apenas aprobé. Froto mis ojos, pensando en que quizás, por la ausencia de mis lentes, mis ojos se equivocaron.

—Espero no acostumbrarme a ponerle esa nota –dice el profesor, aniquilando todas mis esperanzas.

—Ojalá y no –murmuro, volviendo a mi asiento donde intento esconder este sentimiento de fracaso.

Hace un par de meses pude conseguir trabajo, creí que todo sería más fácil y me equivoqué. Chocar con Matteo —o, como le gusta que lo llamen, Matt—, fue una espada de doble filo. Es decir, pude volver a hockey y eso es bueno, pero lo complicado fue dividir mis tiempos entre eso, el baile, el colegio y el trabajo. Lo que dio como resultado que no pueda estudiar como lo hacía antes.

—¡Si! —festeja, alegremente, Sara.

Mis labios se curvan cuando mi compañera de curso y de hockey se sienta a mi lado con una sonrisa de oreja a oreja, que intenta disimular al ver mi nota.

—No es la gran cosa. —Esconde su examen debajo del banco—. No es tanto como las evaluaciones trimestrales.

—Si quiero un buen promedio, lo es. —Suspiro— ¿Cómo te fue?

—Aprobé raspando. —Hace la peor actuación que he visto en toda mi vida.

—Sarita, me enteré que sacaste una calificación perfecta ¡Felicitaciones! —dice Daniel, uno de mis compañeros con el que también comparto actividad fuera del colegio, tristemente.

Quisiera decir que me alegra su presencia, pero no. Toda mi vida intenté que no me cayera mal, de hecho, siempre quise llevarme bien con él, pero nuestras actitudes nunca pudieron congeniar.

—No es para tanto —dice, sin más.

—¡¿No es para tanto?! —intervengo—. Es tu primer diez en historia.

Casualmente Destinados #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora