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En una habitación bastante enorme con un balcón grande que dejaba ver los límite de la mansión en la que me encontraba y un baño igual de espacioso con una gran tina.

- un hermoso azul marino para darle suavidad o un rojo pasión. -lisa no paraba de dar opciones de todo tipo y para todo

- bueno, no tienes un... Café o marrón, no me importa realmente. -llevaba una hora eligiendo colores y muebles

- una cama mediana, un escritorio, un estante para libros, dos mesitas de noche al lado de la cama, closets de madera, alfombra sueve, un sofá con una mesita para el balcón ¿ Correcto?- repaso todo lo que habíamos elegido

- si con esto está bien.-

- pero el color.... vintage? No?-

- si, me gusta.-

- me encargaré de pedirlo y acomodarlo todo mientas tanto tendrás que dormir en otra habitación.-

De pronto se oyeron toques en la puerta.

-señorita lisa, ya es hora del desayuno. -dijo una voz detrás de la puerta

Wow el desayuno tan rápido?

- si, iré enseguida.-

Salimos de la habitación y nos dirigimos al comedor principal de la mansión.

- aquí es donde comerás a partir de hoy, los empleados comen en otra parte.- dijo lisa mientras veía como varias personas rápidamente colocan la comida en la masa y se marchaban

-el señor jeon llegará en uno minutos.- dijo una mujer con una sonrisa para luego irse

Lisa me aparto una silla y me iso una señal para sentarme.

- disfruta la comida que yo iré a comer y pedir todo y acomodarlo -

Bien. Estaba solo, en un comedor enorme, mesa a rebosar de comida de todo tipo.

No sabia lo que comía pero estaba delicioso, no comía desde hace horas así que tenía mucha hambre.

La puerta se abrió dejando ver a Jungkook entrando con pantalones negros y camisa blanca y cabellos suelto dando un toque de  elegancia.

Sentándose al lado mío agarrando comida con las manos como si no hubiera comido desde hace días.

Su rostro de felicidad mientras devoraba la comida era igual a la de mi ex esposo .

Me duele pensar en todo, tan solo meditar de mi vida hacer que me arda el corazón ahora, yo, Aqui en lugar desconocido, completamente solo con un hombre igual a mi ex esposo, sentado en la misma mesa que yo.

No sé cuánto tiempo paso desde que me tomé el frasco casi completo de pastillas desconocida que encontré en un cajón del closet.

Pensar que todo esto es un castigo por no ser fuerte y seguir adelante con mi vida como lo hacen los demás.

Cuando los ojos de mi ex marido me miraban como si fuera una piedra obstruyendo su camino, como si yo solo fuera una molestia para si vida.

Debí darme cuenta que ya yo no pertenecía en ese lugar. Pero ahora ya no tengo escapatoria.

Solo me queda seguir con lo que me toca.







EL IMPERIO DE LA SANGRE DORADA [ KOOKV ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora