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Con el pasar de las semanas, era más pegado con ella, sabía que moriría pronto, quería hacerla saber cuando la amaba, antes de yo irme.

—Estas muy cariñoso, ¿qué me vas a pedir? — inquirió una vez notando lo que trataba.

—¿No puedo tenerle cariño a mí mejor amiga? — pregunté.

Admito, mi aspecto había decaído mucho, mi cabello estaba más largo que nunca, no tenía intenciones de cortarlo, y daba gracias a todos los dioses que era lampiño, por lo que no hacia falta afeitar mí (escasa) barba, mis ojeras resaltaban bajo mis ojos oscuros por el cansancio, no dormía nada bien, me molestaban los pulmones, los pétalos me tapaban la respiración, se movían cosas dentro de mí, estaba tan asustado.

—Bien, si puedes, sigue abrazandome, nos quedan muchos capítulos de esto — decía ella dándole Play a la serie, obedecí y me quede abrazado ella como si fuera mí último día, sabiendo que bien podía serlo.

Relato de Hanahaki DiseaseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora