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—ya sé que este es el quinto peluche de tigre que pido que me compres, pero este es diferente al resto, lo juro.

minghao alzó una ceja divertido al escuchar a soonyoung decir la misma excusa cuatro veces, dirigió su mirada hacia el pequeño peluche de tigre cuyo tamaño era igual que la palma de la mano de su novio.

—¿y qué tiene de diferente al resto?

soonyoung pareció pensarlo un poco, sin soltar el tigrecito rodeó el cuello de minghao con sus brazos y picoteó los labios del menor, tratando de convencerlo de no cuestionar sus compulsivas compras. minghao suspiró y abrazó la cintura del rubio para seguir dándole besitos a soonyoung sin importar que estuvieran en un lugar público.

—es tan lindo y chiquito, podría llevarlo en mi bolsillo todo el tiempo —dijo soon con entusiasmo una vez que se separaron.

—ajá, ¿te refieres a ti mismo? —minghao empezó a molestarlo entre risas, siendo testigo del ceño fruncido de soonyoung y, no más tarde, víctima de un suave golpe en su brazo derecho.

al chino le encantaba complacer cada uno de los caprichos de su novio, la razón principal era porque al llegar a casa era recompensado de la mejor manera, pero eso no quitaba que su dinero se acabaría si seguían comprando cosas relacionadas con tigres sin parar.

—amor, debes prometerme que esto es lo último que vamos a comprar hoy —antes de que soon pudiera refutar, minghao alzó el dedo índice frente a él—, te recuerdo que solo vinimos para ver una película.

—pero, haoo, ¿qué pasa si encuentro una chaqueta con un tigre estampado que definitivamente necesito?

—lo comprarás otro día.

el pelirrojo se mantuvo firme ante su decisión, resistiendo ante los cariños que le daba soonyoung para que cambie de opinión, al ver que no lo logró, se cruzó de brazos y tomó la mano de minghao para ir a la caja, yendo a pagar el último tigre que comprarían hoy.

estando de vuelta en su hogar, minghao hizo una lista de todo lo que compraron ese día: víveres, dulces, un peluche de tigre del tamaño de su torso, una almohada de tigre, un cojín de tigre, el pequeñísimo tigre que soonyoung había insistido en llevar, y el peluche tamaño real que a vista de minghao era bastante feo pero soonyoung se enamoró de él apenas lo vio. esa obsesión suya en lugar de parar parecía crecer cada segundo. no se quejaba, era adorable.

—¿no quieres que te compre lencería con estampado de tigre también?

—¡minghao, cállate!

ah! love | haosoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora