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—no, minghao, no vamos a tener un perro.

—¡pero es que son tan bonitos! —el mencionado sacudió a soonyoung por los hombros para que cambie de opinión—, mi amor, por favor, quiero un perrito.

—eres alérgico a los perros.

—no veo problema con eso.

soonyoung negó con la cabeza y siguió ordenando la ropa de los cajones, la salud de su novio era más importante que un capricho suyo.

minghao era hijo único, rico y no estaba acostumbrado a oír un no como respuesta, podía darlos, sí, pero no aceptarlos. ¿quería estudiar en el extranjero? lo conseguía, ¿quería un departamento propio en uno de los barrios más exclusivos de corea? lo conseguía, ¿quería un auto de último modelo? lo conseguía.

¿quería un perro?

—hao, te estoy diciendo que no y punto.

cruzando los brazos algo enfadado se fue de la habitación a la sala a ver algo en la tele, lo primero que le aparece es un anuncio de papel higiénico con un cachorro golden retriever jugando.

los ojos de minghao empezaron a lagrimear de la frustración por no tener aquello que tanto quería. ¡eran tan bonitos y esponjocitos! era tan injusto, él solo quería un perrito para jugar todos los días, no un gato, no un pez, no una tortuga, un perro. no iba a rendirse tan fácilmente.

cuando soonyoung escuchó el portazo de la puerta principal comenzó a sentir un poquito de culpa pero no daría su brazo a torcer, el peliazul debía entender que primero estaba él mismo antes que una mascota.

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—¡príncipe, mira lo que te compré!

soon sacó la cabeza desde la puerta de la habitación, algo confundido al escuchar la voz tan alegre de hao después de la "discusión" que tuvieron. se acercó a su novio curioso por el supuesto regalo y vio que traía consigo unas bolsas de papel muy grandes.

minghao le entregó una bolsa y el mayor sacó su contenido, encontrando una polera de animal print con una textura suave. soonyoung se la probó por encima de su camiseta y fue a mirarse al espejo del baño.

—¿te gusta? —hao preguntó abrazándolo por la espalda, los ojitos de soonyoung comenzaron a brillar por lo mucho que le gustaba el regalo.

—sí, es muuuy lindo, gracias.

soonyoung le dio un piquito de agradecimiento y salió del baño, minghao debía creer q el rubio era muy tonto como para pensar que comprándole cosas caras él aceptaría tener un perro.

—¡p-pero eso no es todo! —el menor fue detrás de él yendo por el resto de bolsas, de una sacó un gran peluche de tigre que abrazaba un pequeño corazón junto a una pequeña pulsera con flores—, ten, ¿quieres que te compre algo más? ¡lo que quieras!

minghao le dio el peluche en una mano y tomó la muñeca del contrario para colocarle la pulsera.

—amor, aprecio mucho tus regalos pero-

el sonido del timbre lo interrumpió, dejó al pobre tigre en el suelo y fue a abrir la puerta. minghao no podía escuchar bien lo que el señor —aparentemente de entregas— y su novio decían, solo alcanzó a ver como el más bajo recibió una caja y firmó unos papeles. cuando soonyoung se despidó del hombre y cerró la puerta, volteó a ver a minghao con una sonrisa.

—yo también te traje un regalo.

minghao curioso por lo que soonyoung le fuera a traer rompió la caja de cartón que era café a primera vista pero que al abrirla había otra caja blanca con un diseño que revelaba su contenido.

—¿me regalaste un robot de limpieza?

—se llama roomba y como no podemos tener animales en la casa, creí que al menos podíamos tener algo igual de ruidoso paseándose por aquí —dijo soonyoung, al ver el rostro sin expresión de minghao se preocupó—, ¿no te gusta? puedo devolverlo si quieres.

minghao se dio cuenta de que se estaba comportanto como el niño mimado que fue hace más de una década, y que debía aceptar que no podía tener todo lo que quería y ser agradecido. le sonrió al rubio y besó su mejilla con ternura.

—muchas gracias, cariño, me gusta mucho.

ah! love | haosoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora