||𝕰𝖕𝖎𝖑𝖔𝖌𝖔||
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Capítulo cannon de "Red means Denger"
Una noche antes de sentir que el mundo se le venía abajo; la llamaron directamente de la agencia en un número privado que nunca había reconocido. No se trataba de Canadá, ni de Estados Unidos y mucho menos de Alemania, que había desaparecido después del accidente.
Contestó, realmente sin esperarse mucho, pues cualquier circunstancia que se presentara no le haría cambiar de opinión. Regresaría a México, ahí lloraría sola.
-¿Quién habla?- preguntó -¿USA?-
-¿Cómo supiste que era yo?- respondieron aletargadamente.
-Sólo hay tres personas que conocen este número, pero dos ya se fueron-
-No se han ido, Alejandra. Necesito que vengas a la agencia cuanto antes- ni siquiera le permitió decir algo al respecto, colgó incluso antes de que despegara el teléfono de su oreja.
La mujer echó un vistazo a todas sus cosas; y aventó el teléfono sin fijarse muy bien donde caía. Mtr. Brus, el galgo, la estaba viendo desde la cocina como de costumbre, tumbado en un almohadón de pluma café, recién llegado del despacho de Austria. De hecho, todas sus cosas se encontraban ahí, algunos libros de psicología criminal, criminalística, Antropología criminal, Endocrinología criminal, sociología criminal, ciencias auxiliares. Todo lo que alguna vez utilizó para estudiarla a ella y a su vulnerable aspecto. Austria fue en un momento de gran inquietud un nicho de paz.
Pero existían muchas razones para no pensar en él.
Su desayuno se había servido en la sala y no en el comedor. Era la pieza mayor de la casa y estaba amueblada con cierta presunción de estilo añejo. Los muebles, muy antiguos, eran de madera blanca y estaban tapizados con una tela roja, mezcla de seda y algodón. Se veían entrepaños con marcos ostentosos, esculpidos a la moda más veraniega de Alejandra con tonos blancos y dorados. En los muros, cuyo albo empapelado presentaba desgarrones aquí y allá, había un gran retrato: era ella junto al Alemán.
Decidió enmarcarlo desde aquella vez.
El perro se acercó a ella zarandeando la cola. Y como si se tratara de un perezoso gato se enroscó en sus piernas a pesar del tamaño agigantado del can. Le dijo:
-Tendré que irme, espérame aquí- tomó sus llaves, buscó de vuelta su celular y por la negruzca mañana pensó en llevar un pequeño paraguas.
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𝕽𝖊𝖉 𝖎𝖘 𝖕𝖗𝖔𝖍𝖎𝖇𝖎𝖙𝖊𝖉 || Rusmex [✔COMPLETA✔]
Phi Hư CấuUna vez su padre le dijo: "-Quien tenga miedo a morir que no nazca-". _________________________________ Sólo una historia más de narrativa decadente y de la que posiblemente te enganches no por la expectativa de la trama sino por la irreconocible ex...