|1|

1.2K 164 46
                                    

||𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖑|| 

.

.

El jazz se escuchaba en todo el salón; con ese ritmo tan suave y grueso

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El jazz se escuchaba en todo el salón; con ese ritmo tan suave y grueso. Eran las 6:56 de la mañana y el hotel tenía que abrir las puertas de sus restaurantes ya, antes de que los comensales viniesen hambrientos.  

México era dueño de la cafetería principal, y de la mayoría de los bares en la ciudad. Tenía un vertiginoso gusto por el arte culinario, y era respetado tanto dentro como afuera de la cocina: su especialidad eran las simpáticas técnicas gourmet, como el pescado pochado con algas y cuitlacoche. O los encantadores platillos para el almuerzo como lo son los exquisitos mariscos en aguachile y ravioles de aguacate. 

Todo eso y más le encantaba preparar en la cocina. Era el único espacio donde los chefs se olvidaban de su título como hijo de un mafioso, (porque sí, todos los trabajadores sabían que México era hijo de España), y a pesar de todo; se lo tomaban bien. Y si bien el hotel podía disponer de gente que era muy habladora, nadie se atrevía a comentar nada de la verdadera labor de los jefes. 

El restaurante, lejos de parecer un lugar lleno de mesas y olores extremos: tenía ese toque que nadie más que el propio dueño le daba: el Jazz, el swing ¡Las salsas! que se asomaban de vez en cuando por las tablas del escenario, siendo las maderas, las telas y los demás acabados que absorbían los idóneos ojos del público en noches de fiesta y que con gran entusiasmo conseguían atenuar la molesta sensación de cansancio. 

¡Ese!, era el único lugar en el que México se olvidaba de quien era, de cómo se comportaba y a que se dedicaba realmente. 

-——¡Señor México!, ¡Señor México!——- desde el ala oriente del hotel venía el segundo al mando de la organización en el restaurante; con muchas cajas en sus manos y manchando su uniforme con las salsas que estas contenían. 

Por otra parte, el joven se encontraba acomodando los cubiertos y las batidoras, dentro de un estante aperlado con anillos. Muy elegante. -——Ya te dije que no me llames señor México...tengo 24 años por Dios, no estoy tan viejo——- le regañó. 

-——Lo siento señor. Perdón...Joven México. Su padre quiere verlo en la piscina en menos de 5 minutos——- dicho esto, y más rápido que un chef cuando se le quema la comida; salió por la puerta trasera. 

-——Chingada madre——- maldijo. Y cuando su trabajo se veía interrumpido por su padre, justamente a las 9 de la mañana, era porque los asuntos de la confederación tenían mucho que ver. 

Se apresuró a quitarse el mandil y lavarse las manos por el cochambre de la estufa. Subir hasta la azotea del hotel era muy tardado, y más si tu misión era llegar en menos de 5 minutos.  Supuso que en elevador sería más rápido así que tomó el siguiente justo al lado de los sanitarios. 

𝕽𝖊𝖉 𝖎𝖘 𝖕𝖗𝖔𝖍𝖎𝖇𝖎𝖙𝖊𝖉 || Rusmex [✔COMPLETA✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora