El Poder de una Slytherin

¿Simplemente una Casualidad?

KATE

Luego del inspirador y cursi discurso de Thiago, el se fué, yo me quedé fuera un rato más paseando por los alrededores del lago. Había empezado a nevar un poco, pero me cubría con la manta que me había traído mi primo. Me acerqué al borde del muelle y me senté. Mis pies no alcanzaban a tocar el agua, y era mejor así no quería perder mis piecesitos.

Derrepente escuché algo, un estruendo bajo el agua, giré mi cabeza y me incliné hacía delante, No sabía lo que estaba viendo, era como un brazo gigante con lunares a penas visibles a lo largo.

Depronto aquella cosa salió a la superficie del lago y me alivié, solo era el Calamar gigante.

El ser se me quedó viendo y un rato después dió un salto y se metió debajo del agua.

- ¡No! - exclamé posicionando mis brazos delante de mi cara para que el agua no me empapara. pero aquellas gotas no llegaron a tocarme, asi que extrañada levanté la vista y me sorprendí. Gotas de agua, unas grandes y otra más pequeñas estaban delante y encima mío flotando. Como si el tiempo se hubiera detenido.

Mi primer pensamiento fué: "Ah, seguro alguien me está gastando una broma". pero si fuese así ¿Como es que sabían que el Calamar vendría y me aventaría agua?. Al Calamar gigante nadie lo podía controlar. Así que descarté esa idea y en cambio. Estiré mi brazo para tocar una de las esferitas de agua.

Antes de que los dedos de mi mano alcanzaran siquiera a estirarse, me sobresalté y grité de la impresión. Una risa macabra me erizó la piel, bajé mi manos y el agua que flotaba me cayó encima.

- Madre mía, que grito lleno de espanto, es música para mis oídos.

- Estúpido poltergeist - susurré con los ojos cerrados y los puños apretados, tratando de calmarme.

peeves volvió a reírse.

- Así que tengo el honor de conocer a una pequeña mata personas, ¿no es cierto? - dijo con esa sonrisa terrorifica en la cara.

Volteé los ojos con fastidio ignorando el hecho de que solo quería hacerme sentir mal.

- ¿No tienes otra cosa más que hacer en véz de andar poniendo de mal humor a todos? - le dije empezando a caminar empapa y con frío a dentro del castillo.

- El mal humor de todos los estudiantes alimenta mi alegría, niña. Y ahora mismo estoy muy feliz por que tu estás de mal humor.

- No estoy de mal humor - dije a las malas -. ¿por qué estaría de mal humor?

- Uy, por varias razones, Julia Villin te odia...

- No me importa que me odie...

- El equipo de tu casa perdió el partido...

- Tampoco me importa...

- Y TODO el mundo sabe que asesinas personas.

Me volteé bruscamente.

- ¡No asesino personas! - le dije con los dientes apretados, esforzandome por no gritarle - Solo. Una. ¿Lo entiendes? Solo fue una persona. Ni una más ni una menos.

El ensanchó su sonrisa de maniático, disfrutando hacerme salir de mis casillas.

- pues no lo sé, yo creo lo que los demás crean, y los demás creen que has matado a muchas personas.

- Eres un mentiroso, la gente no cree eso.

- Es lo que escuché.

- ¿Y te digo que fué lo que yo escuché? No creo que quieras saberlo ¿o si?