Cap. 5

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Uraraka Ochako

Al volver ese día, sentía una extraña felicidad, podía por fin poder estar cerca de ellos, conocerlos, averiguar todo lo que pasa. Las chicas preguntaron por mi esa tarde, después de encontrarme con Toga, seguí en aquel lugar un rato más, la emoción que sentía era tanta que, podía contárselo a todos, y no quería arruinarlo.

Al otro día solo quería volver, quería saber que cosas podría averiguar, pero, no estaba segura del todo si me seleccionarían para la expedición, siempre rotan a los buscadores, así mantenemos las cosas en el pueblo mientras algunos van por comida o solamente a explorar, tendría que preguntarle directamente al jefe Bakugou.

Con emoción y ansias, me dirigí al cuartel de reunión de los buscadores, tuve suerte de encontrarlo planificando unas cosas con Todoroki.

-Enhorabuena que los encuentro aquí -me acerqué a ellos con una sonrisa, acaricié la mejilla del cenizo y después la del bicolor.

-Siempre es grato tenerte aquí, Uraraka -respondió el segundo con una leve sonrisa- ¿En qué te ayudamos?

-No seas tan cortés, mitad y mitad -gruñó el otro- viene a pedirme que la seleccione para la expedición de hoy, es lo más seguro.

-¿Y qué tiene eso de malo?

-¡Qué volvió sin nada! -soltó enojado- ni comida, ni información, nada.

-Solo fue esta vez, Bakugou -reproché- lo haré mejor hoy.

-Eso espero. Irás con Mina y Jirou, las demás se quedan a resguardar al pueblo.

-¡Gracias!

Le di ligeras palmadas en su cabeza, cosa que le molestó y luego salí del lugar, fui a preparar tanto mi armadura como mis armas, no las necesitaría probablemente, pero era primordial llevarlas.

En la entrada del pueblo me encontré con Mina y Jirou, las tres emprendimos camino para poder hacer nuestra misión. La pelirosa se interesó en pescar algunos peces y demás para llevar, con la pelimorada recolectamos frutos que encontrábamos allí, no nos habíamos encontrado con algún Ticker, así que, las chicas querían dar unas últimas vueltas por las suyas y luego nos reuniríamos para volver juntas. Fue mi momento para poder ir a mi preciado lugar, un pequeño apartado lleno de arbustos silvestres, desde lejos no podías ver si allí había alguien, así que, era perfecto. Me adentré por sus ramas y me senté en el césped, dejando mis armas a un lado, miraba alrededor, era un bello día, esperaba algo impaciente a la rubia.

-Llegas temprano hoy -su voz me alertó de su llegada, esta bajó de un salto de un árbol  cercano y quedó frente a mí como si fuese un perrito.

-¡Toga! -solté con una sonrisa- terminamos nuestro recorrido antes de tiempo, así que, podemos pasear solas por un momento.

-Ya veo -ella miraba algo curiosa las cosas que había recolectado.

-¿Quieres una manzana?

-¿Por qué querría?

-Así comemos juntas, y quizás puedas quitarte tu máscara.

Al parecer ese comentario la ofendió un poco, me miró algo molesta y volvió a su rama haciendo un berrinche. La vi que se estiraba con sus brazos tras su cabeza, al parecer no tenía intención de volver a bajar.

-Lo siento, no diré algo así otra vez, por favor, baja.

-Niña tonta -dijo algo indignada- ¿Qué te hace pensar que quiero volver contigo?

-Lo siento, ¿Bien? Solo quiero conocerte, fui muy atrevida al decir algo así, no volverá a pasar -hice un puchero, la verdad si estaba avergonzada por lo que dije, era mi primer día junto a ella, y ya había arruinado todo.

"Suertes diferentes" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora