Tomioka y Shinobu estaban sentados en el pórtico viendo las estrellas de aquella noche con una cobija encima de ellos. Giyu despertó al día siguiente de ponerlo en opción de sedado y, antes de que pudiera gritar, Shinobu callo su boca poniendo la mano.
El chico lloró y la pilar lo siguió mientras se abrazaban lo mejor que podían. Ahora parecían uña y carne, aquella pareja que ni con la muerte los podrían separar. Aoi los observa desde lejos y suspira un poco nostálgica.
Va por los pasillos mirando hacia arriba. Inosuke se había ido de la finca junto con Tanjiro y Zenitsu a la casa del Kamado para vivír un tiempo juntos. De manera obvia, Nezuko se fue y Kanao estaba igual de triste que ella.
Aunque ambas tenían por derecho una finca, ninguna la quiso. Preferían estar en la finca mariposa aprendiendo y ayudando al pueblo con medicamento y servicio médico. Ya no había cazadores que atender así que era lo mejor.
Al llegar Aoi a su cuarto, tomo una tarjeta de color hueso. Leyó de nuevo la invitación a la boda de Rengoku con Kurenji. Que envidia les tenía al poder casarse. Observo sus dedos cansados cuando tuvo que ajustar los vestidos de las trillizas y el de la novia.
Inosuke se había enojado una vez que la pilar de la locura pidió una revisión con la Kanseki, pero sin el jabali. La chica le explicó que era un asunto más relacionado a las mujeres y se fue con cara de enfado.
Como aquella mujer había peleado con un mes de embarazo. Mordió su uña de manera nerviosa, de solo pensarlo la ponía de los pelos. Es por eso que Rengoku había absorbido lo peor para que ella no recibiera ni un solo golpe.
Y todo estaba bien, el bebé estaba saludable y de tamaño correcto. La palpación le hacia ver que la placenta está bien nutrida y faltaba poco para que se hinchara; es ahí la urgencia de la boda para no tener problemas.
Esos chicos eran igual de impulsivos que Senjuro y las chicas. Tanto problema por ello para que el par de pilares hiciera algo peor y tener la osadía de adelantar el casamiento de un recién recuperado. Pero aún así, estaba celosa.
El día de la boda llegó. Todo era en una bonita hacienda japonesa. Aoi sonrió al ver a Inosuke un poco más alto y ancho de la espalda. Parecía que había crecido de un momento a otro.
Aoi ahora era una señorita, el vestido azul sencillo le quedaba impactante. Inosuke no podía dejar de ver como su melena ahora estaba en un tocado con bucles, unos guantes blancos a las muñecas y cuando esta giro al oír su nombre de la boca de Naho, noto la espalda descubierta en un bajo escote en V. No sabía que sentía el jabali, pero estaba embobado.
-Aoi - murmuró nervioso y dio un beso en los labios ajenos, accediendo más rápido por unos tacones preciosos en pico- eres lo más bonito de aquí-
-Inosuke - regaño la chica-no puedes decir eso en una boda - comenzó a arreglarle el moño de aquella simple camisa azul pegada y con botones negros, se veía irresistible ante los ojos de la peli negra - e-estas muy guapo -
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Diferente
FanficAoi e Inosuke son tan diferentes. Pero aquellas diferencias los hacen un igual. El descubrimiento de chicos normales dentro de la guerra de demonios los puede poner en duda, pero siempre es divertido descubrir.