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+18, ya saben lemon
Nota: imaginemos a las trillizas como la imagen por fi, graciasAoi caminaba con toda la dignidad qué una enorme barriga le permitía. Le dolía la cintura y tenía que poner sus manos ahí en un intento de apaciguar la molestia.
Acababa la ceremonia de la boda de Tanjiro y Kanao. Había sido tan hermosa y muy emotiva. La chica había llorado un par de veces, haciendo que Inosuke se preocupará por ella.
Ahora vestía un sencillo vestido azulado con zapatos bajos. Iba a sentarse en una gran rama de un arbol de la casa del Kamado. Cuando sus posaderas sintieron sustento se dejó caer.
-¿Te ayudo pequeña? -
Esa voz hizo qué la pelinegra viera hacia arriba. Sonriendo a un Inosuke sobre las ramas. Con el cabello más corto y un pantalón blanco de vestir. Iba descalzo, tal vez matando los zapatos que llevaba cuando llegaron.
Asintió lentamente.
Inosuke bajo con agilidad y se coloco sentado detrás del cuerpo de Aoi. Tomó esa pancita y la subió con sus manos oyendo a su esposa jadear de alivió.
- Gracias cariño-
-Lo que sea por ti - Ronroneo el chico sobre el cuello de la kanseki.
Inosuke estaba en cualquier lugar que ella. No era molesto, en absoluto. Su embarazo desató un apego del jabalí casi enfermizo. Solo la dejaba sola cuando iba a trabajar, aun así, mandaba a su cuervo con cartas.
-Ángel mio, tal vez necesitas algo de tu macho-
Aoi jadeo, esta vez de otra manera. El apetito del chico era insaciable. Si no se encontraba cocinando, trabajando o estudiando, seguro estaba con Inosuke entre sus piernas.
-Ta-tal vez un poco-
Aoi había leído que el sexo no era malo en su estado, al contrario, se sentía querida y sexy para su esposo. Inosuke creía, de corazón, que tenerla satisfechas de todas las maneras posibles haría qué su hijo naciera fuerte y sano.
-Vamos- Inosuke cargo a su esposa como si nada, aunque siempre le reprochaba qué tuviera cuidado con su espalda al cargarla por lo pesada, a el no le pesaba nada.
Llevo a su chica por el bosque, buscando el abeto de tronco grueso qué solía cortar con sus espadas. Lo encontró rápidamente gracias a los años que paso viviendo ahí.
Tomó su mujer y la deposito en el hermoso pasto verde de la primavera. Para no hacerla esperar, tomo su estorboso pantalón bajándolo e hizo a un lado las bragas de Aoi para comenzar a introducirse.
- Ah~... INOSUKE... -
Gimió por lo alto Aoi mientras sentía a su esposo moverse entre sus piernas de forma desesperada. Respiraba con dificultad, el embarazo, la montaña y el ejercicio no le ayudaban.
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Diferente
FanficAoi e Inosuke son tan diferentes. Pero aquellas diferencias los hacen un igual. El descubrimiento de chicos normales dentro de la guerra de demonios los puede poner en duda, pero siempre es divertido descubrir.