17 cartas || VegasPete

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Supongo que Vegas me hubiera molestado por más tiempo de no haber sido porque encontré esos botes vacíos de pastillas en el cesto de basura.

El tío Macao lo envió al hospital para un lavado gástrico y el doctor sugirió que se quedara algunos días para observación.

Fue el tío Tankun el que insistió que no había necesidad de que se quedara en el hospital, que simplemente lo enviáramos a Chumphon.

Y así fue, cuando fuimos a Chumphon el tío Macao no se atrevió a llevar ni una sola pastilla o medicamento.

Como no había pastillas, Vegas se obsesionó con bucear.

Tal vez fue porque mi bisabuela alguna vez dijo que el mayor arrepentimiento de Pete antes de irse a vivir a Bangkok fue que nunca aprendió a bucear.

Aun así, se obsesionó en estar en esa línea entre la vida y la muerte, en ese espacio, sin gravedad, sin sonido.

Al principio estuvo bien, por lo general regresaba después de unas dos o tres horas de estar en el agua. Pero un día no regresó a casa, el tío Macao estaba muy ansioso.

Al final, fue mi bisabuelo quien lo trajo de regreso a mi papá inconsciente. Mi bisabuela se dedicó a rezar la mitad de la noche hasta que Vegas despertó.

No lo dejó decir una sola palabra, simplemente repetía "está bien, no pasa nada, siempre y cuando despiertes, siempre y cuando sigas vivo."

Después de un rato mi bisabuela fue a la cocina a preparar algo de comida, yo me senté junto a la cama, miré a Vegas y le pregunté,

"Papá, ¿tú, quieres morir?"

....

"Cuando estaba bajo el agua... pude ver a Pete."

Sacudí mi cabeza, mi papá era muy raro.

Cuando tenía tres años de edad lo entendí, sabía que Pete en realidad no estaba en las flores ni en los pájaros, pero mi papá, que tenía casi treinta años seguía sin entenderlo.

Ya sea que lo entendiera o no, seguía siendo incapaz de enfrentar las lágrimas de mis bisabuelos o del tío Macao.

Simplemente agachaba la cabeza y musitaba un "lo siento" mientras comía curry amarillo.

No sabia si se lo decía a mi bisabuelo que a su edad tuvo que entrar en las frías aguas para salvarlo o a mi bisabuela que tuvo que hacerle de cenar cuando ya era muy noche para seguir despierta.

Después del accidente de buceo, no volvió a causar problemas por un periodo corto de tiempo y yo estaba feliz por eso, al menos no seguía tirado en la cama todo el día como antes.