17 cartas || VegasPete

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"¿Venice ha comido algo nuevo y delicioso recientemente? ¿Me has extrañado un poco?

Cuando era niño, un poco más grande que Venice, solía extrañar demasiado a mi madre. Pero ella no podía volver, así que aprendí un truco: tratar al gran y bello árbol del jardín como si fuera mamá y contarle todo lo que le quería decir.

Solía decirle al árbol que estaba cansado de practicar box hoy, pero que mañana podría ir a casa de la abuela y comería su delicioso omelette.

Si Venice me extraña mucho, puedes hacer lo mismo. Puedes hablar con los pájaros que pasan por el jardín y con las rosas que tu padre plantó, sabes que siempre podré escucharte, aunque no podré estar a tu lado, estaré sentado en la espalda de los pájaros o en los pétalos de las flores, siempre cerca de Venice."

En ese entonces no entendía bien todo lo que decía la carta, el tío Porsche me la leía y la releía todas las veces que se lo pedía.

Pete le entregó todas las 16 cartas a Porsche, pensó que Porsche sería el único que podría resistirse a abrir el sobre en el cual se leía "para mi dulce Venice". Pete tenía razón.

No fue hasta que dejé de preguntar "¿Pero por qué no puedo ver a Pete en las flores?" y empecé a hacer lo que Pete me dijo que mi tío Porsche me ayudó a poner todas las cartas en mi caja favorita de chocolates.

Mientras sostenía aquella caja en mis manos levanté la cabeza y le dije a Porsche, "entonces Pete se ha ido muy lejos. Eso fue lo que me dijo mi maestra me dijo cuando le pregunté"

"Si" dijo Porsche algo incómodo.

"Eso es raro" – dije- "mi maestra no conoce a Pete. ¿Cómo es que ella sabe que se fue muy lejos?"

Porsche no dijo nada así que continué "también dijo que tal vez no seré capaz de ver a Pete por un largo, largo tiempo. ¿Qué tanto es largo, largo tiempo tío? ¿pasado mañana? Cuándo Vegas regrese Pete regresará con él, ¿verdad?"

Porsche seguía sin decir nada, solamente tembló, cayó de rodillas y me sostuvo en sus brazos. Muy fuerte.

Llegó pasado mañana y Pete no regresó.

Cuando Vegas regresó a casa, Pete no regresó.

Leí las cartas que me escribió demasiadas veces, hablé con las flores y los pájaros en el jardín por más de 600 días. Aun así, Pete no regresó.

Un día, simplemente entendí que un largo, largo tiempo significaba que el simplemente ya no regresaría.

Porque el murió, un mes después de que me dio a probar el curry, le disparó alguien que no sabían si era de la mafia italiana o los Yakuza japoneses.