30 de octubre de 1806
Los soldados de la Corte de Agua no parecen ser muy eficientes, además, los pasamos en número y eso les dificulta aún más el poder vencernos. Nos toma aproximadamente media hora tomar la capital y debilitar al ejército.
La mitad de los guerreros que vienen conmigo se quedan a vigilar la ciudad mientras que el resto me acompaña al palacio para enfrentarnos a Dafne y derrotarla de una vez por todas. Finn y Neisan van al frente conmigo; liderando al ejército de Ignis.
Irrumpimos en el palacio sin dificultad alguna, ya que la gran mayoría de los soldados de Aqua han sido debilitados y,por lo tanto, los guardias de Palacio no cuentan con la ayuda y recursos necesarios para defenderse y garantizar la seguridad de la realeza.
— Llegaron los aliados —advierte Finn luego de hablar con un soldado —. Sifnay ha enviado refuerzos y el resto de las Cortes apoya a Aqua, nos duplican en número.
En el momento exacto en que termina de hablar, el lugar es invadido por los soldados aliados enviado por Sifnay y los jóvenes elegidos por Dafne para destruirme. Entonces se desata otra batalla en las instalaciones.
Obtenemos varias pérdidas y hombres heridos, la batalla parece ser cada vez más difícil. Los únicos sobrevivientes de mi ejército son Finn y Neisan. En un momento de distracción de los demás guerreros, aprovecho la situación y me adentro al palacio para ir directo a la sala del trono, dejando a Neisan herido de gravedad junto a Finn.
Con la ira corriendo por mis venas, abro de golpe las puertas de la sala del trono. Y entonces la veo.
Solo unos metros de distancia me separan de ella. Se encuentra sentada tranquila y cómodamente en su trono, con las piernas cruzadas y una copa en la mano derecha. Esboza una sonrisa al verme entrar.
Luce sumamente feliz. Y eso aumenta la furia que siento porque, mientras ella está aquí bebiendo vino, afuera Neisan se encuentra gravemente herido y Finn pelea contra más de diez enemigos. Ni muy lejos ni muy cerca de donde estamos hay muertos y gente herida, sin embargo, ahí está mi hermana, disfrutando de un buen vino en la comodidad y seguridad de su palacio.
Ella está alegre. Y yo estoy furiosa.
— Tus soldados pelean y mueren por ti ¿Y tú que haces? Te quedas aquí sentada bebiendo un poco de vino. Eres increíble, Dafne. —digo con sarcasmo.
— Es su deber. Tienen que protegerme y garantizar mi seguridad ante cualquier amenaza.
— Esta es una batalla innecesaria —espeto indignada —.Si no hubieses asesinado a mi amigo nada de esto estaría ocurriendo.
No comprendo qué es lo que mi hermana planea, pero estoy furiosa con ella por sacrificar a gente inocente sin motivo alguno más que divertirse. Lo hace porque puede, porque tiene el poder y la autoridad. Ellos le obedecen y son leales, ella se aprovecha de la situación.
— ¿Sabes para qué lo hago? —pregunta mientras se levanta del trono y comienza a bajar los escalones —. Para que cargues con el peso en tu conciencia.
>> Para que veas lo que provocas. Por tu culpa murieron esos soldados y por tu culpa seguirán muriendo más si no te detienes, si no paras con esa estúpida obsesión que tienes con cobrar venganza. Detente, Ivy...
— ¿Qué me detenga? No hice nada en tu contra, Dafne. Acabé con la vida de Azariel y Atenea, los responsables de la muerte de Brais...
— Y ahora es mi turno. —concluye.
— A mi parecer, tú solo fuiste una marioneta que nuestra madre utilizó para causarme más daño. No tuviste la culpa, solo eras una niñita caprichosa necesitada de atención y cariño, dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de conseguirlo.
>> Me pides que me detenga pero yo ya lo hice. Me detuve cuando mis enemigos ardieron en llamas y pagaron por sus pecados. Mis intenciones eran largarme de aquí y dejarte con tu estúpido reino, pretendía darte una segunda oportunidad.
La veo tragar saliva con fuerza antes de hablar.
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Fuego y Cenizas ✔
FantasyLos monstruos se crean, no nacen así. Y cualquier alma abusada y torturada no tendría tiempo de sanar. ••• De niños escuchábamos historias y cuentos de hadas en los que el bueno siempre ganaba, pero nunca nos paramos a pensar en qué llevó al villano...