Capítulo 2

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Primera impresión.

Mi habitación estaba patas arriba debido a que mi plan había sido pararme temprano antes de comenzar el día con mi nuevo paciente y terminar de leer su expediente, ¡pero no lo encontraba en ningún lado! Estaba seguro que lo había dejado en el primer gabete de mi cómoda, aun así busque cada rincón de estas cuatro paredes, pareciera que se hubiera esfumado de la nada, porque nadie entraba a la habitación de otro empleado sin estar el titular en el y yo que recuerde tampoco han venido a visitarme el día de ayer.

Peine mi cabello hacia atrás con mis manos sintiéndome frustrado, sin esos papeles sería como comenzar desde cero con Jeon Jungkook y no creo que sea muy agradable que le estén repitiendo las mismas preguntas para enterarse lo que le pasa y aparte que si, es sumamente importante, porque ni si quiera he podido ver el número de la habitación en el que se encontraba, Dong me iba a sermonear si se entera de que perdí el folder, se perdieron cuatro meses de avance en el. Ya había desperdiciado media hora libre buscándolo y media hora más para tomar mi desayuno antes de empezar, pero antes de seguir intentando un poco en encontrarlo; tocaron mi puerta y me acerque para abrirla.

—Hey, Jimin, como no te vi en la cafetería me digne a pasar por aquí para entregarte un sandwich y.. Oh —me miró de pies a cabeza —. Amigo, no me digas que te quedaste dormido, sigues en pijama, no es propio de ti, ¿y acaso pasó un huracán por aquí?

—Creeme que lo es, pero en el trabajo soy otra persona —dije con sorna y tomé la bolsa con el taper adentro —. Estaba buscando algo, pero no he tenido éxito en encontrarlo. Gracias por traerme el desayuno, hyung. Me temo que tendré que comerlo en otro momento, se me hará tarde para buscar a mi nuevo paciente —dejé pasar a Namjoon y me dirigí a mi armario para sacar la ropa.

—¿Te refieres a Jeon Jungkook?

—¿Lo conoces? —pregunté dejando la ropa en la cama para brindarle toda mi atención.

—Ah si, varios empleados que se encargaban de él se han ido supuestamente sin decir nada, sin dejar rastros, extraño, ¿no crees? Así que cuando me dijeron que te reemplazaría con Choi, supuse que ahora te darían ese trabajo a ti. Muchos se habían negado por los rumores de que es un muchacho muy complicado, y me hablaba con uno de sus psicólogos antes de que se fuera, y un día para la noche, después de unas semanas, se veía cansado y si le tocabas el tema de ese chico, se petrificaba —contó sentándose en el mueble de tres personas en una esquina —. Además, Dong exigía magia, quería que estuviera estable lo antes posible, es mucha presión, me sorprende que hayas aceptado.

—Es porque ni si quiera había oído de esos supuestos rumores, y aunque lo hubiera hecho, creo que no hubiese marcado la diferencia.

—Lo sé, siempre quieres ayudar al que pongan en tu camino. Bueno. Debo irme, suerte con ese chico, Jimin —se levantó para salir del cuarto.

—Espera —lo detuve —. ¿Sabes en qué habitación se encuentra? —me miró interrogativo ante mí pregunta.

—¿No lo dice en el expediente que te han dado?

—No me lo han brindado aún.. —mentí, pero pareció no convencerle.

—Esta bien. Que yo sepa se hospeda en la habitación trece del tercer piso —informó para después despedirse y salir por la puerta.

Después de que se había ido, tomé una ducha y luego mire a mi alrededor algo fastidiado por dejar mi habitación desordenada, pero mirando el reloj en la pared ya no me quedaba mucho tiempo y se supervisaba la hora de los empleados mediante un aparato a los lados de cada cuarto del paciente, donde tenías que poner el fotocheck en frente y así registrar el tiempo en que se ha presentado el trabajador. Fui inmediatamente al tercer piso, parandome finalmente frente la puerta con el número trece grabado en el, sin antes registrar mi entrada y poco después abrir la puerta, al cerrarla me gire para mirar la cara de la nueva persona que atendería, pero me quedé ahí congelado, sintiendo mi pecho doler por el golpeteo fuerte de mi corazón contra mi tórax cuando lo vi, era él, el mismo que no dejaba de mirarme fijamente con esa expresión sombría el día de ayer; sin embargo, estando frente a frente de cerca con Jungkook, se sentía ahora diferente, puesto que ahora me miraba con una sonrisa inocente.

El caso de Jeon Jungkook; jikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora