El caso de Jeon Jungkook; jikook

Capítulo 6

Cumplir un capricho no siempre es la opción.

—Realmente me emociona que hagas esto por mi, pero sigo insistiendo que compartamos la cama.

—Jungkook, cuando dos amigos se quedan a dormir juntos, duermen separados, es raro que dos hombres duerman en la misma cama, más cuando no son muy cercanos como la familia o amigos de la infancia —dije mirándolo desde el suelo donde estaba echado con cobijas en el piso

—Pero quiero ser cercano a ti. Sino duermes aquí, yo me echaré en el suelo contigo —le dio una linda sonrisa juguetona el cual fue contagiado.

—Te acompañare solo un rato, ¿de acuerdo? —asintió dándole un espacio en su cama.

—¿No tienes sed? —preguntó y Jimin asentió, tomar agua a diario es bueno para la salud y ya que se lo recordaba, no vendría mal.

Jungkook se paró de su lugar mientras Jimin se ponía cómodo en el suyo. Jeon se acercó a la mesita de noche dándole la espalda para servir el vaso con agua y después entregárselo, cosa que tomó agradecido.

Jimin en ese momento empezó a sentirse soñoliento después de haber tomado el vaso con agua, sus movimientos eran torpes y por mas que quisiera decir algo, no se le entendería, trataba de mantenerse despierto porque repentinamente empezó a sentir mucho sueño.

—Jung.. Jungkook.. ¿Qué tiene el agua? —apenas y pudo pronunciar las palabras sin sonar como un bebé que recién aprendía a hablar.

—Creo que me he confundido de jarra y te he dado el agua que tiene mis calmantes, ¡lo siento hyung! Llamaré a alguien ahora.

Que bueno era actuando, porque después de que Jimin cerró sus ojos y cayera en el colchón no llamó a nadie, su expresión de chico preocupado y culpable desapareció y solo se quedó frente su cama mirando al ser más hermoso que sus ojos podían apreciar dormir plácidamente, provocando en él una respiración errática, nada que ver con uno de culpabilidad o miedo de ser atrapado, más bien uno de sentir placer de tener a su persona preciada a su mercer.

Apoyó su rodilla derecha sobre la cama y se inclino dejando cada mano a los costados de la bella durmiente, que lindo sonaba para él ese apodo, ojalá permaneciera así por siempre, porque entonces Jimin no le diría que no a nada de lo que haría con él, claro, no quiso decir que abusaria de él, nunca haría nada que no le gustara, pero al menos ya no mostraría incomodidad a su cercania.

Se acercó a su rostro, mirándolo a detalle desde una pequeña distancia y fue bajando hasta quedar en el cuello de éste, donde aspiro su aroma arrugando su rostro de lo bien que olía su psicólogo Park Jimin, hasta dejar su cuerpo caer encima la del castaño y abrazarlo como si tuviera miedo de que despertará y se fuera para nunca volver, cosa que si sucedía, temia no controlar sus impulsos nuevamente, es por eso que él estaba ahí, encerrado en ese psiquiátrico.

—Eres tan bonito, tanto por fuera como por dentro, tan distinto a los otros —hablaba con tanta admiración sobre el chico a su lado—. Por fin pude deshacerme del insecto que rondaba a tu alrededor, pero me temo que siguen apareciendo más. Cuando salga de aquí, te llevaré conmigo —se acercó para dejar un pequeño beso en el pómulo de Jimin y cerró los ojos sin dejar de abrazar al castaño, quien dormia tan tranquilamente, tan indiferente a lo que ocurría a su alrededor.

[...]

Horas más tarde Jungkook despertó, mirando primero si a Jimin se le había pasado el efecto de los calmantes, toco con su dedo índice sus cachetes, intentando el despertarlo, si con eso despertaba quería decir que pasó su efecto, pero no lo creía, se aseguró de combinar en el agua tres de las jeringas que obtuvo para dormir, algo que había guardado si se presentaba este caso. Al no recibir respuestas a sus toques miró el reloj de pared de su habitación, que marcaban las 3 a. m.